Cuando te conviertes en madre tu cuarto de baño se divide en secciones: para él, para ella, para el bebé. Con el paso del tiempo el caos presidirá tu baño (y probablemente el resto de tu casa) y ya nada será igual. Pero esa mezcolanza de productos te hará descubrir que muchos de los productos que tú usas le irán de maravilla a tus hijos y viceversa.
Te cuento algunas de las cosas que he ido descubriendo:
- Arcilla verde. Hace años que forma parte de mi kit básico de belleza y cuidado facial. Hace un tiempo descubrí que tiene otros muchos usos para los más pequeños: alivia de forma muy eficaz las irritaciones del pañal, muy útil cuando aparecen eczemas pues restablece la capa natural de la piel, ante picaduras de insectos porque rebaja la inflamación de forma instantánea. Estos son algunos de sus usos. ¿Tú sabes de alguno más?
- Aceite de rosa mosqueta. Este imprescindible producto me lo descubrió la matrona que me atendió en el embarazo de Rayo. Me lo recomendó para la herida y después cicatriz de la episiotomía. Ni que decir tiene que me fue estupendamente. Posteriormente lo empecé a utilizar ante cicatrices de granitos, pequeñas heridas o irritaciones. Y eso mismo he hecho con Rayo, nos ha ido fenomenal para las cicatrices de sus operaciones, pero también para pequeñas (o grandes) heridas de guerra y hasta picaduras.
- Crema Nivea de lata azul. Es la crema universal para toda la familia. Nos gusta a todos por su eficacia, por su aroma, por su suavidad y porque deja la piel maravillosa. Fue un imprescindible durante mi embarazo, gracias a esta crema y al aceite de almendras dulces ni una estría apareció en mi inmensa barriga.
- Arnica. O lo que es lo mismo la barrita para los golpes. ¿Quién no lleva una en el bolso? Es perfecta para cualquier golpe que se den los niños, y ya sabemos que suelen ser unos cuantos. Pero como yo también me doy alguno que otro, un día se me ocurrió probarla y ¡va de maravilla! A mi enseguida me salen grandes moratones y aplicando un par de veces la barrita mágica evitarás la hinchazón y el morado. Así que no lo dudéis ante el mínimo golpe, un poco de arnica obrará el milagro.
- Toallitas húmedas. Nunca antes había usado este producto, me limitaba a llevar en el bolso un buen arsenal de clínex, pero desde que Rayo nació ya no puedo vivir sin ellas. Ya no usamos esos paquetes de toallitas para el culete enormes, sino que ahora llevo un cómodo paquete multiusos: para ir al baño, para limpiar restos de porquerías varias, para adecentar manos antes de la merienda en el parque.
- Una colonia fresca. Me chiflan los perfumes, es uno de mis pequeños vicios (confesables). Pero no siempre va a ir una oliendo a fragancia de las caras. Así que una alternativa que me encanta es utilizar las colonias que Rayo ha usado desde bebé. Mi preferida es Baby Cologne de Suavinex. Es muy divertido cuando los dos juntos en el baño nos perfumamos ;)