Christian Drosten: Es muy difícil hacer pronósticos globales. Tenemos muchas situaciones diferentes y difíciles en Europa. El invierno no será fácil. El año que viene tendremos vacunas, pero creo que recién a fines de 2021 algunas partes de la población podrán abastecerse de estas.
No dejaremos las mascarillas tan rápido. Porque incluso cuando empecemos la vacunación, la mayoría de la población todavía tendrá que usarlas. En países como Alemania, donde hay pocas infecciones, no habrá una amplia inmunidad. Probablemente tampoco veremos esto en otros países de Europa.
-Otros países ven a Alemania como una especie de modelo a seguir para hacer frente a la pandemia. ¿Qué están haciendo bien los alemanes?
El Prof. Dr. Christian Drosten es el director del Instituto de Virología del Hospital Charité de Berlín. Fue uno de los codescubridores del primer coronavirus del SARS en 2003 y a principios de 2020 desarrolló la primera prueba de diagnóstico del SARS-CoV-2 en el mundo.
Ciertamente hay una combinación de varios factores. Una de las razones es la acción directa y decisiva al principio de la primera ola, que la canciller Angela Merkel detalló en su momento. Por ahora, la cohesión de los estados federales se ha perdido un poco, pero el factor decisivo fue ciertamente que Alemania reaccionó muy pronto.
No en términos de la fecha en el calendario, sino en términos del tiempo relativo en el que se impusieron las restricciones de contacto, el llamado "confinamiento". Y esto en paralelo al desarrollo real de la pandemia. De modo que sabíamos de nuestra epidemia por las pruebas de laboratorio, y la amplia disponibilidad de estas también diferencian a Alemania de otros países.
Otra explicación es que la epidemia comenzó un poco más tarde en Alemania. Los primeros casos de coronavirus importados no se convirtieron en una epidemia desde enero, sino recién a finales de febrero.
Los primeros casos importados pudieron mantenerse bajo control en lugar de seguir extendiéndose. Esta es probablemente la razón por la que nuestro enfoque fue muy eficiente. Después del "lockdown", digamos desde mediados de mayo, sólo quedaron unos pocos casos en Alemania y así ha permanecido hasta ahora. A pesar de que actualmente tenemos de nuevo un ligero aumento de las infecciones.
-En Europa estamos ahora en otoño y ya llega el invierno. ¿Qué cree que pasará en Alemania?
Creo que sólo hay algunas diferencias entre los países europeos en cuanto a la estructura de la población y otros parámetros. Por lo tanto, debemos mirar a Francia, Gran Bretaña o España. Lo que vemos allí, lo veremos también en Alemania si no reaccionamos muy pronto y de tal manera que sea soportable para la economía. Es una tarea difícil encontrar el punto correcto para cambiar las medidas que tenemos en este momento, que no se pueden criticar.
-Como usted ya dijo, probablemente tendremos que vivir con la mascarilla por bastante tiempo. ¿Cuándo nos abrazaremos de nuevo?
Esa será una pregunta muy regional. Así que no me sorprendería que algunas partes del mundo estén protegidas el año que viene. Pero eso significa que habrán pasado por una epidemia que puede no parecer tan grave debido a su estructura de edad. En África, por ejemplo, podría ser así. Como mínimo, me gustaría que el perfil de edad más joven sea lo que proteja a las poblaciones africanas. En otras partes del mundo, donde el concepto es prevenir la transmisión generalizada del virus y esperar a que llegue una vacuna, deberían estar usando mascarillas hasta finales de 2021. Es imposible hacer predicciones exactas, pero el próximo año seguiremos usando mascarillas [...].