Gilead, el laboratorio dueño de la patente del fármaco para a hepatitis C Sovaldi (cuyo precio final en España se desconoce pero se baraja la cifra de 25.000 euros por tratamiento) hace publicidad de Ranexa, un medicamento para la angina de pecho, que es engañosa. No es un hecho aislado pero Farmaindustria, el lobby farmacéutico no toma medidas pese a que difunde que lo hace.
El Comité de Evaluación de Nuevos Medicamentos de Euskadi, ha denunciado que la publicidad de Ranexa puede ser fraudulenta. El folleto promocional que el fabricante distribuye desde 2010 cuenta sólo lo que le interesa obviando algunas importantes que deberían constar.
Por ejemplo: En el envase del fármaco junto al prospecto se encuentra una “tarjeta de alerta” que el consumidor ha de presentar junto con la lista de medicamentos que toma en cada visita al médico. Así consta en la ficha técnica del producto, el documento oficial clave para conocerlo bien.
Lo más destacado del folleto está, como suele ocurrir, en la letra pequeña. Algo grave es que los gráficos para explicar la dosis del fármaco indican dosis más elevadas que las permitidas y esto puede confundir a los médicos y ponerse en peligro la salud de los pacientes por sobredosis.
Otro truco para intentar vender más el medicamento que puede poner en jaque la salud de las personas es que en la publi se cita un estudio sobre una indicación para la que no está permitido el fármaco. Es un ensayo clínico con intenciones de marketing pues que confunde.
Escribo que no son hechos ailados porque también ocurre por ejemplo con el medicamento Fosavance, usado para la osteoporosis, comparte principio activo y fabricante con Fosamax.
De reconocido peligro, el Bufete Almodóvar & Jara ha comenzado acciones legales contra el laboratorio Merck, Sharp and Dohme (MSD) y la administración sanitaria por las reacciones adversas graves que provoca.
En Estados Unidos hay miles de demandas en los tribunales de Justicia por este producto.
Pues bien, los mismos profesionales de la evaluación independiente de medicamentos ponen en duda que, como expresa la publicidad de MSD sobre Fosavance: “mejore el tratamiento de los pacientes”.
Estos son algunos de los ejemplos que los médicos de No Gracias -asociación de profesionales por la ética y transparencia en sus relaciones con las industrias- destacan en un post titulado Código de Buenas Prácticas de Farmaindustria: la captura de la política.
Critican, entre otras muchas cosas, que Farmaindustria incluye en su Código la prohibición de publicitar medicamentos no comercializados en España o la promoción de usos fuera de ficha técnica (lo que se conoce como off label).
De igual modo se regula la publicidad engañosa en folletos, material y on line. Según la publicación Plos Medicine, la publicidad engañosa es el tipo de infracción más frecuente en Reino Unido y Suecia. Pero como explican desde No Gracias:
con el material publicitario -el único espacio en el que podría ser útil la autoregulación- el CBP de Farmaindustria excluye específicamente la posibilidad de que los órganos de control entren en su evaluación de manera protocolizada”.
Desde luego, añaden “no nos constan medidas disciplinarias del Farmaindustria contra la publicidad engañosa del nuevo anticoagulante Ranexa; o contra la publicidad, también engañosa, del medicamento contra la osteoporosis Fosavance, o tantos otros denunciados por el estupendo Comité de Evaluación de Nuevos Medicamentos de Euskadi”.
Me parece especialmente grave que se permita intentar engañar a los médicos y doctoras con publicidad que puede llevarles a error y que esto lo hagan un laboratorio que está dando un pelotazo económico consentido por Sanidad con Sovaldi y otro denunciado ante la Justicia por el prodcuto que publicita así.