Las necesidades que pueden presentar nuestros hijos e hijas en cualquier momento de su educación se pueden paliar con nuestra ayuda puntual, o puede ser necesario contar con un profesional externo.
Profesor de refuerzo escolar o de apoyo, academias, centro de estudios, profesor particular… son algunas de las denominaciones con las que designamos a aquellos profesionales que se esfuerzan en ayudar a mejorar las carencias educativas.
Lo difícil es escoger bien a la persona más adecuada y mejor cualificada ante la demanda y necesidades de nuestros hij@s.
El anterior artículo identificaba aquellas situaciones en las que es necesario contar con la ayuda de un profesional. Si nos encontramos en alguna de ellas, tendremos que plantearnos la posibilidad de buscar ayuda exterior.
En muchas ocasiones tenemos conocidos que llevan a sus hijos a tal o cual academia o centro de estudios, o que sabe de alguna persona que da clases. Deberemos ser prudentes a la hora de elegir.
Muchas veces nos dejamos llevar por el precio y buscamos la oferta más económica; otras veces es la cercanía a nuestro domicilio. Es muy raro que los padres pregunten por la metodología que llevan esos profesores, su formación, conocimientos de pedagogía, la dedicación y el número máximo de alumnos que tiene a la vez. Son aspectos muy importantes a tener en cuenta, ya que influirán positiva o negativamente en la evolución académica de nuestros hijos.
Una mala elección nos puede hacer gastar tiempo y dinero. Conozco casos en los que los alumnos llevaban mucho tiempo recibiendo la misma ayuda externa, sin notar mejora alguna, y en el momento en que se ha elegido bien al profesional el avance ha sido espectacular.
Todo profesional que se dedique a dar refuerzo escolar, tanto a nivel autónomo como en una academia o centro de estudios, debe tener conocimientos pedagógicos adecuados a la edad de sus alumnos, conocer la materia que imparte y utilizar una metodología adecuada para la comprensión de la materia.
Otro aspecto muy importante es la comunicación directa y frecuente con los padres para valorar la evolución de los estudiantes y proponer objetivos y metas a alcanzar.
Éste artículo y el anterior pretenden allanar el camino ante la elección del mejor profesional de apoyo escolar para nuestros hijos e hijas.
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