Me he encontrado esta joya propagandística en el tablón de mi biblioteca pública habitual:
"Profesor heterosexual de piano clásico se ofrece a alumnos varones de cualquier edad."
...
No sé qué decir.
He dejado la foto tal cuál la hice, cutre y torcida (emborronando el número para evitar posibles demandas), porque si la adecento va a parecer que esto lo he escrito yo en mi casa y os estoy vacilando.
Pero no.
Eso sí, dentro de lo absurdo del cartel, tengo una teoría:
El profesor antes daba clase a chicos y a chicas. Un día, una de las chicas se inventó que el profe había intentado meterle mano, y así él se vio deshonrado y señalado por la gente, de manera totalmente injusta. Desde entonces, temeroso de recibir denuncias y/o a un padre con una escopeta, el hombre ya no da clases a féminas.
¡Pero!
Escribir solamente "doy clase a varones" sonaba a que lo que está intentando es cepillarse a sus alumnos a toda costa, con lo que, por qué no, el señor ha decidido que indicar explícitamente que no se siente atraído por otros hombres es lo que va a conseguir que su anuncio no quede raro en absoluto.
O a lo mejor se enamoró perdidamente de una alumna que le abandonó, y ahora todas las chicas que tocan el piano le traen amargos recuerdos.
O es un misógino.
O es tremendamente atractivo y no consigue que sus alumnas se centren en nada que no sean sus profundos ojos verdes y sus fornidos brazos.
No sé. Si tenéis más teorías, estaré encantada de leerlas.
No descarto escribir al tipo por whatsapp para preguntarle por la historia que ha dado lugar a este texto, porque estoy segura de que tiene tela marinera. Si llego a hacerlo, os informo.
Qué estrategias de marketing más raras usa la gente.