La terapia génica sigue progresando gracias a las últimas técnicas que se están
incorporando al repertorio de posibilidades. El tratamiento directo de
enfermedades en adultos con un vector cargado del gen defectuoso está sólo en sus
comienzos; así, el Glybera, empleado desde 2012 para el tratamiento de pancreatitis
de repetición por déficit de lipoproteinlipasa, no ha solicitado la renovación
de su autorización en Europa debido a su precio astronómico.
En otros procesos, como
la hemofilia, comienza a haber resultados preliminares esperanzadores, como puede
verse en este artículo del New England Journal of Medicine; sí se están consolidando
terapias que enfocan la manipulación a la modificación de células obtenidas del propio
paciente, que luego se le vuelven a infundir, como sucede con la aprobación en Estados
Unidos y Europa de Kymriah, empleado para el tratamiento de leucemias linfobásticas
agudas. Como se puede ver, una terapia génica ideal está todavía lejos, y la manipulación
genética para el diseño humano es, por ahora, pura fantasía.