Métodos expeditivos, emociones reprimidas
Las contradicciones, las ambivalencias, las ambigüedades, son la base de la novela negra. Abundan ejemplos. Contradicciones entre los derechos fundamentales que marca la Constitución y la realidad, el día a día, empeñados en llevar la contraria. Entre las versiones oficiales que venden los medios de comunicación y los gabinetes de prensa y las versiones particulares que pueden aportar cada uno de los implicados en cualquier suceso… Y también algunas veces, como en Inspector Solo, aparecen personajes contradictorios, surcados por más sombras que luces. No podemos separar la vista de la página, atraídos por el personaje no podemos soltar la novela, aunque ni por lo más sagrado le invitaríamos a tomar café. La novela negra siempre ha animado cierta fascinación hacia personajes éticamente condenables. Puede que el inspector Solo no sea el peor pero sin duda, sí es uno de los más torturados.El inspector Solo es tremendamente contradictorio. Es un policía de métodos expeditivos que a la vez, en cierta manera, vive contenido, reprimiendo sus emociones para no crear lazos afectivos. La incomodidad que genera el personaje, aislado de todo y de todos, hace que, de forma paradójica y contradictoria, nos atraiga como la miel. Hace que desde la distancia que da la lectura, no queramos separarnos de él.
integrar perfiles, percepciones y recuerdos
Como en las mejores novelas del género, el suspense aparece con fuerza en las primeras líneas y nos mantiene en vilo hasta las páginas finales. Una noche cualquiera, cuando Marcial ha bebido más de la cuenta, avanzada la madrugada, va a ver a su prostituta favorita. Al día siguiente aparece asesinada. ¿La ha asesinado él mismo? ¿Lo ha hecho con sus propias manos? Ni siquiera él sabe responder. Pero además hay algún sospechoso entre la burguesía local: un poderoso empresario. El desvelamiento de las diferentes verdades —y también de algunas omisiones y engaños— no solo nos llevará al desenlace. También será para Marcial, el inspector Solo, la ocasión de recomponer e integrar sus perfiles, determinadas percepciones y recuerdos. Esta peculiaridad del investigador aporta a la novela una muy interesante profundidad psicológica, tratada por el autor con especial precisión.
David Jiménez, autor de Inspector Solo, es además de escritor, Policía de Aduanas. Conociendo sobradamente bien el procedimiento policial, lo plasma de manera fluida y comprensible, pero elude con inteligencia un exceso de documentación o especialización, haciendo que los personajes y lo que les sucede sean lo central de su novela, sin desplazarlos en favor de jergas científicas o alardes técnicos.
Profundizando con habilidad y sin compasión en esas contradicciones que padecen todos sus personajes, en especial Solo, David Jiménez consigue que Inspector Solo sea una novela sorprendente y a la vez completamente verosímil. No se puede pedir más a una buena novela negra: capacidad de convicción, tensión narrativa, un personaje inusual y un paseo peligroso por sus contradicciones y zonas de sombra.
Versátil, 2017Próximamente a la venta
por David G. Panadero,director de la colección Off Versátil