Revista Educación

Prometo putear solo lo que necesite, no todo lo que pueda

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Prometo putear solo lo que necesite, no todo lo que pueda

28 octubre 2013 por Naima Tavarishka

Iré al grano. Entre los pimientos de padrón de mi madre (ella dice que los hizo con esmero pero en casa sabemos que son de Bofrost, y nada malos, por cierto) y la copita de vino del almuerzo de este sábado hojeaba El País y, de pronto, uno de los titulares de la sección de Internacional se me clavó en la retina. Decía así: Estados Unidos promete espiar solo lo que necesite, no todo lo que pueda.

Prometo putear solo lo que necesite, no todo lo que pueda

Foto: noticiassin.com

En realidad en ese momento me invadió una mezcla de indignación y risa, no sé bien cómo definir ese sentimiento, si es que acaso tiene nombre. Lo que leía venía a ser algo así como una declaración jurada del estilo de “yo, potencia mundial, descubierta de mis espionajes a todo dios, admito que no me he portado bien del todo y doy mi palabra de que solo espiaré lo que sea necesario y no todo lo que he venido haciendo hasta ahora”. Más o menos como decir “voy a putearte solo lo necesario y no todo lo que me venga en gana, porque putear poco no es delito, lo haré solo un poco, te doy mi palabra”, esa gran palabra de enorme valor, vamos.

Entonces lamenté no tener conocimientos en leyes para asombrarme más de cómo se las pasan por el forro. Las recientes filtraciones a la prensa de que a Estados Unidos solo le ha faltado espiar a Bob Esponja en todo el mundo ha reventado la tapa de la gasolina. Muchos estadounidenses vienen sintiéndose abochornados y víctimas de este disparate esquizofrénico de controlar todas las comunicaciones. Ellos están hartos desde hace tiempo, hartos de que los vigilen, y este sábado salieron una vez más a la calle para gritar su ya sabido “¡Dejen de vigilarnos!”.

El caso es que el monstruo del ojo único, ese gran hermano que todo lo quiere ver y escuchar escudándose en una falsa lucha por la seguridad del país, ese orgulloso cumplidor de leyes se pasa por el forro las normas que no le interesan. Eso de que solo pueda ser un juez el que autorice un pinchazo por necesidad para una investigación se ha convertido para el gobierno de EEUU en escucho todo lo que quiero por si acaso.

Pues me quedé toda la tarde dándole vueltas al asunto y sorprendiéndome (sí, aún me sorprendo) sobre cómo la impunidad campa a sus anchas en según qué estamentos, cuando justo al oscurecer me topé con este magnífico documental norteamericano, Términos y condiciones de uso, emitido en La noche temática de TVE, sobre las reglas que aceptamos casi sin mirar. Aunque dura hora y cuarto, merece la pena verlo. Pincha AQUÍ. De verdad, da miedo.

 


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