Aparte de algunas asociaciones de pervertidos occidentales y de los salafistas y yihadistas que pretenden imitar a Mahoma casándose con niñas de siete años y poseyéndolas a los nueve, los únicos promotores públicos y orgullosos de la pederastia del mundo son algunos gallegos.
Porque son ingenuos, ignorantes o irracionales, o porque son realmente depravados, defienden la existencia del Apalpador, una figura repulsiva que en Navidades y Año Nuevo va de noche en secreto a las camas de los niños a palparles la barriga.
No hay nada más obvio que la pedofilia de ese supuesto carbonero desarrapado y sucio, que baja de las montañas a toquetear niños a cambio de darlas castañas y regalos.
En estos tiempos en los que los padres conscientes le advierten a sus hijos que no se dejen sobar por nadie, es sorprendente que algunos permitan que un degenerado, del que se hacen representaciones reales, se convierta en un héroe infantil, e invite a todo pederasta a imitarlo haciéndole regalos a sus ingenuos niños.
El afán localista por tener algo propio y separador del resto del país y de las tradiciones europeas pretende así sustituir con el Apalpador las figuras moralmente blancas de los Reyes Magos o de Santa Claus-Papá Noel.
Es tal la intimidación cultural a la que somete el nacionalismo a la gente, pero también su aliada la extrema izquierda, que ninguna figura importante se atreva a denunciar este personaje, lo peor del ser humano.
Hasta la televisión gallega bajo el PP le consagra espacios con una alegría inconsciente, ingenua, estúpida o algo peor.
Héroe de las cabalgatas nacionalistas a partir de 2006, inspiró ya ocho libros infantiles subvencionados por la Xunta del PP, y esculturas como una en Santiago, ayuntamiento gobernado por el PP.
(Como todos los años desde que el cronista tuvo noticia de esta farsa siniestra del Apalpador, y consciente del peligro que encierran estos falsos folclorismos creados por los depredadores sexuales, vuelvo a denunciar a los pederastas que amparándose en el nacionalismo atraen víctimas promocionando sus perversiones)
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SALAS, clasico y genial
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Los presuntos, ya sabe usted por qué, han erigido esta imagen aparentemente graciosa e inocente para atraer niños en Santiago:
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Y en las webs nacionalistas lo presentan también así, imitando figuras similares vascas y catalanas. Ni siquiera ocultan que en una imagen toquetea a un niño, y en la foto transmite su mensaje pedófilo, aparentemente inocente: