El arbusto de alcaparra tiene una altura promedio de tan solo 1 metro y posee un fruto bastante carnoso. El nombre binomial por el que se conoce a esta especie es el de Capparis spinosa. Sus flores son muy llamativas y crecen de forma individual en la terminación de cada cabo del arbusto. La planta de alcaparra tiene hojas bastante gruesas con contornos bien marcados, relativamente redondeados.
Las tierras en las que el arbusto de alcaparra crece de forma natural son los peñascos, superficies calcáreas y lugares con suelos arcillosos. Esta planta florece especialmente a partir del mes de mayo, aunque su recolección con fines medicinales se lleva a cabo desde el mes de abril. Las propiedades medicinales de la alcaparra se concentran tanto en el fruto como en la raíz de esta planta. La alcaparra posee excelentes efectos como diurético, aperitivo, y depurativo de origen natural.
Para aprovechar las ventajas de las alcaparras (sus frutos) de manera práctica y sabrosa lo más recomendable es prepararlas en forma de conserva. La conserva de alcaparras se prepara de la siguiente manera: hay que llenar un frasco con alcaparras y cubrirlas con vinagre, cambiando el vinagre de forma semanal. El cocimiento de alcaparra, por lo demás, se hace con 60 gr de raíz de esta planta por cada litro de agua. Hay que hervir esta mezcla durante media hora y dejar reposar. Beber unas dos cucharadas al día. Con la raíz de alcaparra también se puede preparar un sabroso vino que actúa como aperitivo. Se deja macerar 50 gr de raíz de alcaparra en 1 litro de vino de jerez por dos semanas (mezclar a diario). Antes de beber hay que quitar la raíz del interior de la botella o filtrarla. Se bebe una copa de forma diaria.