Hacer una lista de propósitos para el nuevo año es algo que muchos padres y madres solemos hacer por estas fechas. Sin embargo, surge la duda de si deberían los niños tener propósitos para el nuevo año o podría llegar a ser frustrante para ellos.
Según algunos psicólogos que nuestros hijos se planteen metas en los niños es muy positivo, porque al lograr sus objetivos se refuerza su autoestima. Sin embargo, la iniciativa debe venir de ellos, tienen que ser objetivos que ellos se marquen y quieran conseguir, en ningún momento impuestos por nosotros.
Principales propósitos de niños y adolescentes para el nuevo año
Un estudio reciente de la Universidad de Michigan publicado en ScienceDaily, halló que los niños y adolescentes también tienen propósitos para el nuevo año, cerca del 70% tienen objetivos relacionadas con las calificaciones y el rendimiento escolar. A su vez, un poco más de la mitad de los niños quieren tener éxito en una actividad específica, como adquirir una nueva habilidad o pasatiempo, como pintar, aprender a tocar un instrumento musical o probar un nuevo deporte.
Según los responsables de la investigación, que los niños y niñas tengan metas les ayuda a ser más responsables de sus acciones y a desarrollar la madurez. Según la psicóloga Rachel Busman, que nuestros hijos establezcan metas es muy positivo, porque al lograr sus objetivos se refuerza su autoestima. Siempre y cuando sean ellos mismos los que los establezcan, que no sean impuestos por nosotros.
Lo que sí podemos hacer es ayudarlos en que sus metas sean realistas, alcanzables y ayudarlos a mantener la motivación, para conseguirlo lo que quieran alcanzar. Apoyarlos hacia sus logros les hace sentir que tenemos confianza en sus capacidades.
Más de la mitad de los padres y madres indicaron que sus hijos de 11 a 18 años también establecen metas personales, según una encuesta basada en una muestra de más de dos mil personas, con hijos menores de 18 años.
Según las familias con adolescentes de 15 a 18 años afirman que las metas más comunes están relacionadas con la nutrición y ejercicio, mientras que explorar algo nuevo es más común entre los 11 a 14 años.
Los principales propósitos de los adolescentes son sacar mejores calificaciones, tener éxito en alguna actividad, ejercicios, comer mejor y ganar dinero. Objetivos que involucran amistades o voluntariado, son menos comunes.
Ayudar a nuestros hijos a formular propósitos para el nuevo año
Si nuestros hijos quieren hacer una lista de objetivos para el nuevo año, podemos apoyarlos con la formulación de buenos propósitos, para que sean alcanzables y que éstos se expresen siempre en positivo, lo cual es válido para nuestros propios propósitos también.
- Plantear metas específicas: ayudándoles a marcar objetivos detallados, en lugar de hacer indicar un propósito como mejorar la salud, ayudarlos a establecer acciones concretas que desean hacer, por ejemplo comer una pieza de fruta más al día o hacer deporte 3 veces por semana.
- Seguimiento del progreso: apoyar a los niños a estar motivados. Esto es más complicado, porque a medida que pasa el tiempo perdemos la motivación. Por esto, es importante ayudarles a valorar cada avance, por pequeño que sea. Algunos especialistas sugieren el uso de una tabla con los nombres de nuestros hijos y lo que están trabajando. Por ejemplo, si se han propuesto leer más, colocar pegatinas en el gráfico cuando se lean un libro o hacer una lista para que valoren las acciones que les acercan a sus propósitos.
- Trabajar juntos: el trabajo en equipo puede ser especialmente útil y para ello podemos establecer metas familiares, como una noche de cine familiar a la semana, y luego poner los diferentes miembros de la familia a cargo para asegurar que se cumplan los objetivos. Además de esta forma se sienten involucrados.
- Ser realista: si un objetivo no se basa en la realidad, se puede llegar a una experiencia amarga e inalcanzable para el niño o adolescente, que tendría el efecto contrario de reforzar el autoestima de nuestros hijos. Es fundamental ayudar a que nuestros hijos elijan metas dentro de sus capacidades. Quizás es mejor un progreso en calificaciones de un 6 a un 7 y no a un 10, o acostarse a una hora determinada, al menos, cuatro noches a la semana, para que sean flexibles.
Creo que con estos consejos podemos ayudar a nuestros hijos a conseguir lo que se propongan y también debemos inculcarles que no deben tener miedo a reformular sus propósitos sin sentirse fracasados.
¿Tienen tus niños propósitos para este nuevo año?
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