Pues ya estamos aquí de nuevo, estrenando un
flamante y jovenzuelo 2014. Si has
sobrevivido a las Navidades
te encontrarás en ese momento de reflexión que siempre trae el inicio de un
nuevo año. Es una tradición, como comerse las uvas el día 31. Repasamos,
analizamos y lo sintetizamos todo en una lista que a veces
resulta ser una losa a nuestras espaldas durante los 12 meses que ahora
empezamos.
Propósitos que pueden englobar aspectos físicos o de salud, son muy típicos: hacer más ejercicio, comer más sano, perder un par de kilos para entrar en estos pantalones tan monísimos que te han traído los Reyes. Otro tipo de metas pueden ser: organizar mejor el tiempo, sacar más provecho al día sin volvernos locos, dedicar más tiempo a los peques, hacer un cursito cualquiera (para complicarnos aún más la existencia). Propósitos hay casi como estrellas en el cielo, miles, cientos….. pero la cruda realidad es que nuestra vida es la que es y es difícil alcanzar a veces las metas que nos proponemos. ¿Y qué sucede entonces? Que aparece la tan manida frustración. Mira que nos cuesta ser realistas. Sigue leyendo
