Algun@s juran que existen. Aportan su testimonio de primera mano. Me las describen con una concrección casi espeluznante. Son personas cultas, inteligentes, de plena confianza, con algunas de ellas incluso me une una relación de amistad: o sea, no tengo razones para dudar de sus palabras. Y sin embargo, yo jamás las he visto, ni tocado, ni olfateado, ni presentido, por si fuera poco desde un punto de vista científico su realidad no se sostiene de ninguna manera, y por tanto, con el escepticismo que me caracteriza, me atrevo a afirmar que son una leyenda urbana, un cuento chino, una historia fabricada por y para la gente que no puede aceptar la terrible realidad de que estamos sol@s en este mundo.
Algun@s juran que existen políticas de izquierdas en Cataluña; incluso se atreven a afirmar que los cuatro gatos de EUiA que nuestra ley electoral (ocultadora de una dictadura bipartidista) nos ha permitido sacar han inspirado algunas de ellas contra el viento y la marea de las presiones económicas y políticas, algo que desafía cualquier lógica. Y yo sólo puedo pedir a mi agnóstico santoral que un día, entrando en un acto parecido al que se anuncia aquí abajo, descubra que hay más cosas en esta comunidad autónoma de las que sueña mi filosofía y de pronto, increíblemente, la luz de la verdad me ilumine.
Mientras tanto, y hasta que no salgamos tod@s a la calle, que venga Íker Jiménez con su cámara, que la ocasión lo merece.