Revista Salud y Bienestar

Propuestas de mejora en el uso prudente de antibióticos

Por Carlos

Me llama la atención la diferencia de propuestas de mejora, en función del nivel al que se pretenden aplicar, según voy revisando los artículos de la revista

En primer lugar vaya por delante mi reconocimiento y respeto a los profesionales que han elaborado los escritos a los que hago referencia, que por otra parte reconozco que yo no soy capaz de hacer. Y una vez dicho esto, continúo.

En atención primaria se analiza la variabilidad en la prescripción y se proponen diversas estrategias basándose en la escasa efectividad de la información y la excesiva demanda:

a)Prescripción diferida ( dar recetas por si acaso)

b)Mejora de las habilidades comunicativas en la consulta

c)Utilización de pruebas de diagnóstico rápido

Sin embargo cuando hablamos de pediatría, se añade que la elaboración de directrices y guías de apoyo parecen tener un impacto que se le niega a la medicina general de adultos.

PROPUESTAS DE MEJORA EN EL USO PRUDENTE DE ANTIBIÓTICOS

Ahora bien cuando llegamos a la medicina hospitalaria, la cosa cambia, planteando que la razón fundamental del uso inapropiado de antimicrobianos es el conocimiento insuficiente de la cada vez mas compleja información acerca del diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad infecciosa, lo cual al parecer no debe afectar a la medicina del primer nivel. Y aquí las recomendaciones también cambian, concluyendo que el primer paso es poner encima de la mesa el problema y luego considerar soluciones globales consiguiendo los recursos para llevarlas a cabo y ponen como ejemplo un hospital que pone en marcha un Programa Institucional con tres características básicas:

a)Programa Institucional y ligado a incentivos

b)Programa educativo, porque la formación y el conocimiento son la base del buen uso

c)Programa sujeto a resultados, reducción de la mortalidad y la morbilidad y retraso del desarrollo de resistencias.

Mi impresión, seguramente no acertada, es que en atención primaria el valor se nos supone y el conocimiento empírico se da por supuesto, nada que objetar, y se concluye que si tuviésemos medios, tiempo y habilidades comunicativas ya estaría todo el pescado vendido. Puede ser, pero tengo mis dudas y el hecho de que estas premisas no sirvan para otros niveles me sorprende, simplemente.

Por lo que se ve la prescripción inducida, la presión de los laboratorios, la prescripción de los servicios de urgencia, la falta de evaluación de los tratamientos en relación con los diagnósticos, la tendencia a recetar lo último, lo mas fuerte, la dosis mas alta, el mas vale que sobre que no que falte, la falta de eficacia subjetiva tras la primera pastilla del tratamiento sintomático…etc., deben ser conceptos ajenos a nuestra práctica.


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