Te invitamos a descubrir las cuatro villas marineras de Asturias. Cuatro destinos llenos de encanto para disfrutar y descansar junto al mar.
Cudillero y sus casas de colores
Se encuentra a sólo unos 15 minutos del aeropuerto de Asturias y está rodeada de suaves montañas, playas y de una costa abrupta con acantilados de más de 100 metros de altura.
Es un buen destino para conocer la tradición de una villa marinera. Para ello, te recomendamos asistir a la llegada de los barcos con pescado recién capturado y a su subasta en la lonja. Después, puedes tomar una sidra en la Plaza de la Marina, degustar el marisco fresco, visitar las tiendas especializadas en náutica y pasear por las callejuelas de la villa, con sus características casas multicolores. Por último, no olvides hacer una ruta por los diferentes miradores de los barrios pesqueros o contemplar la arquitectura religiosa del valle de las Luiñas.
Gijón, una ciudad moderna a orillas del mar
Situada a 45 kilómetros de Cudillero, Gijón combina el encanto de una villa marinera con la modernidad y la oferta cultural de una ciudad. Su historia siempre ha estado ligada al mar. Un buen modo de comprobarlo es paseando desde la playa de Poniente hasta la playa de Ñora. En el camino, verás el puerto deportivo, el barrio de Cimavilla, el cerro de Santa Catalina y la playa de San Lorenzo. Además, encontrarás muchas terrazas en las que tomar un aperitivo.
Para ello, una buena opción es pedir sidra y oricios (erizos de mar). Además, si te gusta el mar, no olvides que Gijón alberga un importante acuario que recrea la costa del mar Cantábrico.
Otra interesante propuesta de Gijón la encontrarás en los alrededores de la ciudad: en pueblos rurales como Santurio, Cabueñes, Deva, Somió o Mareo, por ejemplo. Se trata de los merenderos, unos establecimientos para disfrutar de la cocina asturiana al aire libre, por lo que son especialmente recomendables para los meses de primavera, verano y otoño.
Ribadesella, a los pies de los Picos de Europa
La villa está a unos 70 kilómetros de Gijón y muchos la conocen como “la playa de los Picos de Europa”. Su hermosa playa de Santa Marina y las terrazas que se reparten por la zona del muelle y la Gran Vía son sólo algunos de sus atractivos. Otros pueden ser, por ejemplo, la vista panorámica desde el mirador de la ermita de Guía, la ruta histórica del Puerto, la arquitectura indiana de los edificios del paseo de la playa o el aire marinero que se respira en el malecón mientras se observa a las gaviotas. Sin olvidar, por supuesto, la sabrosa gastronomía a base de pescados frescos y mariscos.
Además, en Ribadesella tendrás la oportunidad de visitar la cueva de Tito Bustillo, perteneciente al conjunto de Arte Rupestre de la Cornisa Cantábrica declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Llanes, villa medieval y marinera
Alrededor de unos 40 kilómetros separan Llanes de Ribadesella. Se trata de un entramado medieval declarado conjunto histórico – artístico y en el que destacan arquitecturas del siglo XIII como la muralla, el torreón y la basílica de Santa María de Conceyu. Para aprender sobre la tradición marinera de la villa, recomendamos visitar el Aula del Mar, situada en el Paseo de las Marismas, y los llamados “Cubos de la Memoria”, una peculiar decoración a base de múltiples cubos de colores que encontrarás en el puerto marinero.
Otro punto de gran interés en Llanes es el Paseo de San Pedro, una gran extensión de verde hierba por la que se puede pasear tranquilamente con el Cantábrico de fondo. Además, en Llanes y sus inmediaciones podrás disfrutar de agradables playas como las de Toró, Celoriu, Torimbia o Ballota, por ejemplo.
(Fuente: Turismo España Spain.info)