Una vez más, las caras largas de Génova no han digerido todavía la sopa amarga servida por el CIS. ¿Por qué Rubalcaba inspira más confianza que yo?, se preguntará Rajoy. A pesar de lanzar balones fuera y cuestionar al organismo estadístico. El “principio de realidad”, apelado por ZP en el debate sobre el estado de la nación, gana la batalla al veneno lanzado desde la bancada popular.
La instantánea pone un claro punto de inflexión en el sueño de Mariano. A pocos meses de finalizar la partida, las fichas de Rubalcaba, van poniéndose de cara en el tablero de Ferraz.
Con los índices económicos recuperándose del coma crónico de los últimos años y la corrupción en el tejado de Rajoy. El “jaque mate” auspiciado por el jugador confiado del dorsal azul; quizás sufra un duro revés en el último tramo de la jugada.
Con la herida del 22-M en fase de cicatrización. El anuncio de Zapatero, o dicho de otro modo, el adelanto electoral para el día 20 de noviembre, ha dividido la autocrítica socialista, entre los detractores y simpatizantes de la medida.
En el bando de los simpatizantes, aquellos que ven con buenos ojos, la decisión de ZP. Estiman oportuna la medida, en base a los siguientes argumentos:
1 – Valoración positiva del líder de la izquierda por encima del conservador según el último sondeo del CIS.
Un 80 % de los encuestados, sostiene que Rajoy les inspira “poca o nada confianza”. Mientras, Rubalcaba es percibido como más dialogante, más conocedor de los problemas del país, tiene mayor visión de futuro, mejor negociador y, lo más importante, más eficaz que su rival. En términos cuantitativos, la valoración de Alfredo suma 4.62 frente al 3.58 obtenido por el líder conservador.
2 – Descenso del número de parados en el segundo trimestre en 76.500 personas, según la EPA del segundo trimestre. Situándose la tasa de paro en el 20.89% y alejándonos de la barrera psicológica de los cinco millones, para “disgusto de la derecha”.
3 – Coincidencia temporal de la cita electoral con el asiento de Camps en el banquillo judicial.
La comparecencia del “soldado raso del Consell” en plena campaña electoral servirá para avivar el fuego de la corrupción y utilizarlo como arma arrojadiza contra el Partido Popular.
Desde el partido socialista se pondrá toda la “carne en el asador” para inculcar en el ideario social, la ecuación “partido popular igual a corrupción”.
Camps, probablemente no abrazará a Mariano en el mitin de Valencia, pero el seguimiento paralelo de su juicio oral, ocupará buena parte de los telediarios otoñales. Luego “Gürtel y Brugal” formarán parte de la estrategia electoral.
4 – La percepción social del “giro a la izquierda” del candidato socialista.
La fórmula “escuchar, explicar y hacer” comienza a calar en los “cabreados” de la izquierda. El giro ideológico ha enderezado la flor marchitada de Ferraz y levantado los ánimos de aquellos que el 22 – M decidieron quedarse en el sofá y no votar ideología socialista envuelta de praxis neoliberal.
El guante recogido por Alfredo a los miles de indignados ha servido para canalizar su discurso hacia la alfombra roja de los obreros.
Los “descamisados de Dragó” y “perro flautas indignados”, así llamados por el servilismo mediático de la derecha; ha servido para crear la identidad de izquierda que este conglomerado social necesitaba.
El líder de la derecha ha dado el “tirón de orejas” a la banca. Para ello, ha responsabilizado a las mismas del despilfarro del crédito en los últimos años.
La penitencia; destinar parte de la obra social a la creación de empleo, así como, gravar las transacciones financieras. Tales medidas, han sido la semilla que miles de indignados querían oír en boca de sus delegados.
5 – Finalmente, en palabras de Zapatero, el adelanto electoral servirá para calmar a los mercados y encauzar el nuevo ejercicio fiscal 2012 con un nuevo ciclo político.
En el otro lado de la balanza, los detractores del adelanto, arrojan las siguientes armas al debate:
1 – Las elecciones anticipadas suponen otorgarle la razón a la derecha.
Ahora nos van a “pitar los oídos” de oír hasta el aburrimiento, la expresión en boca de Santamaría y los suyos: ¡lo llevamos diciendo desde hace mucho tiempo!”, “¡ya era hora!”, “¡por qué no lo han hecho antes!”, etc., etc.
2 – Los datos estadísticos son puntuales y todavía no marcan tendencia diacrónica.
Las encuestas comienzan a despegar y la perspectiva de la tendencia no está suficientemente clara para poder poner el “do de pecho” y convencer a los miles de votantes de izquierda, que el 22 – M castigaron a su partido.
3- Alfredo aun no ha conseguido despegarse de la losa del Zapaterismo.
Seis meses no ofrecen un margen de maniobra suficiente para conseguir despegar de la marca Rubalcaba el “adhesivo continuista” incrustado en el discurso popular. La derecha seguirá desmontado todas las propuestas del líder conservador con el ya sonado; ¿Por qué usted no tomó antes las medidas que anuncia ahora?
4 – El final del ciclo económico negativo no coincidirá con el cambio de ciclo político otoñal.
La doctrina económica tanto intervencionista como neoliberal no vislumbran en un horizonte cortoplacista el final del túnel. La economía comienza a brotar pero el umbral para que dicho crecimiento se traduzca en incrementos regulares de empleo, no llegará, siempre según los técnicos, hasta mediados de próximo año.
En marzo del 2012, la salida de la crisis probablemente sería percibida por los ciudadanos con mayor claridad. Las tasas de desempleo habrían acentuado su tendencia bajista el discurso político de la recuperación habría ganado peso en credibilidad,
Llegados a este punto y con el debate sobre la mesa, es momento de reflexionar y preguntarnos: ¿Se habrá equivocado Zapatero con esta arriesgada decisión?, ¿habrá manejado mal los tiempos?, ¿existe el efecto Rubalcaba? La respuesta, el 20-N.
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