Y en ocasiones, de repente, me doy cuenta de que en mi barriga hay alguien. Es que …hay un bebé ahí dentro! Pobre, debe estar mareado.No me parece a mí un sitio tan confortable el útero, ahora que el bebé por su tamaño ya no debe estar “flotando” en el líquido aminiótico, y colocado cabeza abajo, contra la gravedad. No sé…
Pero sobre todo imagino la bolsa de líquido amniótico en la que está, tan frágil como debe ser…¿Cómo aguanta y resiste tanto trajín? ¿No le haré daño al bebé en una pierna al agacharme por ejemplo alguna vez de forma inadecuada? ¿No se romperá la bolsa? Creo que no, pero la verdad, me sorprende cómo puede estar tan bien y tan protegido dentro del útero. Impresionante.