Hoy quiero escribir sobre algo que no está directamente relacionado con la psicología, pero me parece importante aportar esta información, que considero valiosa. Y nuestro blog de Webpsicólogos me brinda un espacio ideal para hacerlo.
A mí me gustan mucho los animales, como mis personas más cercanas saben. De pequeña siempre quise tener un perro, aunque tuve que pasar por muchos hámsters (único animal que mis padres permitían que entrara en casa) hasta que tuve a “Nano”. Una curiosidad que me gusta contar es que todos los hámster macho que llegaban a mi casa se llamaron “Marco Polo” y las hembras “Desdémona” (cosas de mi madre…).
Pero me voy a centrar en Nano, un cachorro de Pastor Alemán precioso que compramos en una tienda de animales. Por aquella época, con 12 años, ni me planteaba, ni conocía (y de hecho mis padres tampoco) lo que había detrás de la venta de un cachorro. Si hoy pudiera volver a ese momento, le habría pedido a mis padres que adoptáramos un perro en lugar de contribuir a la explotación de los animales que destinan a la crianza de cachorros para vender, pues ahora estoy informada y me parece una atrocidad lo que les hacen: hembras preñadas por inseminación artificial, preñadas y encerradas de por vida en pequeñas estancias, con el único fin de que al parir les arrebaten a sus pequeños para ser vendidos. Y eso durante toda su vida (las perras no tienen la menopausia como tal, sino que se alargan sus ciclos de celo). Son animales que terminan llenas de tumores en las mamas; y sin poder andar, pues han estado sin moverse en su “apartamento 2 x 2” durante años. Si eso no es crueldad, que opinen las que son madres, qué creen que sentirían si les hicieran esto a ellas. Vale, alguien puede pensar que al tratarse de animales éstos “no se enteran”, pero el instinto maternal lo tenemos muy desarrollado los mamíferos y yo estoy segura que el dolor, al desprenderse a la fuerza de sus hijos, lo sienten.
Poco a poco, con el paso del tiempo e informándome mucho, estoy tomando conciencia de la situación de los animales, en éste y otros países. Me obligo a mí misma a ver cada día noticias que hacen que se me salten las lágrimas: cachorros de perro tirados a un pozo de alquitrán, gato lanzado a patadas por los aires hasta morir, niños que le han puesto un petardo en la boca a un perro para que le explotara (llevándose media mandíbula por delante), perros utilizados de cebos VIVOS para la caza de tiburones (el anzuelo se les pone en el hocico y después son lanzados al mar como carnaza), chinchillas despellejadas vivas para que la piel sea de mejor calidad en los abrigos, cerdos a los que se les degolla boca abajo hasta desangrarse en los mataderos… (y después de ver esto a ver quién es el cuerdo que se come un bocata de chorizo y se queda tan campante…) Y si suena así de fuerte al leerlo, las imágenes son indescriptibles, desgarradoras, simplemente horribles. Cuando leo y veo estas noticias me invade la ira, pero sobre todo la tristeza. Tristeza por compartir especie con seres ¿humanos? que disfrutan haciendo sufrir a otros, a seres vivos que sienten como nosotros y que encima son tan agradecidos que incluso están dispuestos a defendernos aunque la amenaza les triplique el tamaño, como se muestra en las siguientes imágenes de un gato que cree que están maltratando a su pequeño dueño:
Pero no me quiero quedar sólo en el polo negativo. Gracias a muchas personas que luchan desinteresadamente para intentar frenar, dentro de sus posibilidades, estas barbaridades, algunos animales siguen teniendo una oportunidad después del maltrato y abandono. Es el caso de las protectoras. Aunque la idea que puedas tener de ellas, quizás sea errónea, como me ocurrió a mí.
Por una de esas casualidades de la vida, llegué a conocer de primera mano la labor de una protectora animal de Murcia. Una amiga de la infancia ayuda como voluntaria y me enteré que necesitaban gente para ayudar a pasear a los perros de allí. “¿Pasear perros? ¿Sólo eso? Yo puedo hacerlo”, pensé. Así que un día le pregunté si podía ir. Por supuesto me dijo que sí, toda ayuda es poca. Y me fui para allá, con mis ideas preconcebidas y con una imagen mental bien distinta de lo que luego me encontré.
Aquel lugar estaba sucio, lleno de bolsas enormes de plástico, más de 20 perros encerrados en una ¿casita? sin a penas tejado, con puertas medio rotas… Me quedé boquiabierta. Enseguida salió una mujer mayor, con cara de pocos amigos y mi amiga me presentó (era la presidenta de la protectora). Hacía un calor insoportable (julio, Murcia, ola de calor…). Lo primero que pensé es “¿qué narices hago yo aquí? No voy a volver”…
Me sacaron 3 cachorros y mi amiga fue a pasear a los primeros perros. Los llevaba de 2 en 2 y de 3 en 3. Luego entendí por qué.
Los cachorros me llevaron de cabeza durante un buen rato, están sin socializar; estuve como 2 horas con ellos. No paraban de corretear y se dispersaban cada uno hacia una dirección. Me agaché tropecientas mil veces, los cogía, los soltaba y vuelta a empezar. Estaba cansada, sudando y creía que me iba a desmayar de un momento a otro hasta que mi amiga me dijo que la acompañara a sacar a 6 perros más (entre las dos, claro). Los perros se entrecruzaban y se liaban las correas… tiraban como alma que lleva el diablo y mis bíceps nunca habían trabajado tanto.
Durante ese paseo, mi amiga me comentó la situación de la protectora y de aquellos perros:
Sucede que al estar en plena huerta de Murcia, los vecinos de la zona ya conocen que allí “se quedan con los perros que tú no quieres” y prácticamente a diario, su presidenta recibe la visita de gente que la amenaza con palabras del estilo a “o te lo quedas tú o lo mato”. Por supuesto, una mujer como ella, que vive por y para los animales en riesgo, es incapaz de decir que no. De ahí el “desbordamiento” de población de animales en la protectora. Pero su labor no acaba ahí. Las bolsas de plástico del recinto (que yo confundí con basura) las recicla. Y con eso se saca un dinero. Un dinero que emplea en desparasitar, vacunar, lavar, alimentar y gestionar las labores de adopción (en España y extranjero) de los animales que acoge. Desde que se levanta hasta que se acuesta, su trabajo se centra en la limpieza de éste y otros 2 refugios más; en procurar los cuidados necesarios de cada uno de los “peludos”, coordinar a los voluntarios (pocos) que invierten unas horas de su tiempo en ayudarla y recibir más llamadas y amenazas de abandono o asesinato. Esa es su vida.
Por eso el refugio al que acudí no estaba tan limpio como me había imaginado. Por eso pasear a los perros no fue tan fácil, ya que el día que no hay voluntarios, esos perros no salen de su estancia y sus niveles de ansiedad son bastante altos. Y los tienes que sacar de 2 en 2 y de 3 en 3 si quieres que salgan todos, ya que como he dicho no hay muchos voluntarios. Y por eso las instalaciones están destrozadas, pues el dinero que entra en la protectora depende únicamente del reciclaje de plástico, de las donaciones y de la venta de manualidades (que hacen ellos mismos).
Por cierto, si quieres una de estas bolsas de tela tan chulas sólo te costará 2,5 euros y con eso contribuyes a que puedan comer durante un tiempo.
Así que, tras escuchar la historia de la protectora, en aquel paseo con mi amiga, decidí dejar de juzgar y empezar a ayudar.
MANERAS DE AYUDAR
Puedes ayudar a las protectoras de varias formas:
- Hazte socio, pagando una cuota periódicamente
- Plataforma https://www.teaming.net pagando 1 euros al mes, te unes a un grupo y apoyas una causa (no sólo para protección animal; también para seres humanos)
- Hazte voluntario
- Adopta, acoge o apadrina a un animal
- Compra una manualidad
- Antes de llevar a un animal abandonado a una protectora, intenta procurarle TÚ un hogar (las protectoras están absolutamente DESBORDADAS)
- Difunde por tus redes sociales los casos de posible acogida o adopción. Visita las páginas de Facebook, dale al “me gusta” y así te enterarás de los casos que llevan.
- Esteriliza a tu mascota
- Educa a tus hijos en valores
- La más importante: no adquieras un animal si no estás seguro de que te vas a poder responsabilizar de él. Esa responsabilidad durará entre 10 y 20 años
Os dejo unos cuantos enlaces de protectoras animales de Murcia, por si alguno de vosotros se anima a colaborar con ellas:
http://www.lorca-animal.com/
http://www.protectoralastorres.jimdo.com
http://www.darmur.com/
http://cuatrogatosctdefensaanimal.blogspot.com
http://www.cnaguilas.com/aguiproan_quees.htm
http://www.protectoraanimalparraga.net
http://www.refugiodeangeles.com/
http://protectorarefugiodelviento.org/
http://www.elcobijo.net
El último enlace que os adjunto es de una web que facilita, para uso no comercial ni lucrativo, un listado actualizado de todas las protectoras, refugios y perreras municipales en el territorio nacional; de manera gratuita: http://www.terapiafelina.com
Para finalizar, sólo puedo decir los típicos tópicos que no dejamos de oír (por desgracia) pero no por ello se tienen que dejar de decir…
Toda vida importa.
No lo abandones.
No compres, adopta.
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Sira Sánchez
Psicóloga. Mi campo laboral se ha centrado en la orientación educativa, en la enseñanza pública desarrollando funciones de jefatura del Departamento de Orientación. Actualmente dirijo el área educativa y de orientación en WebPsicólogos.Latest posts by Sira Sánchez (see all)
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