El pasado día 3 coincidieron en el puerto de Palma de Mallorca cinco megacruceros. Al Wonder of the Seas, el más grande del mundo, se sumaron La belle des océans, uno de los más pequeños, el megacrucero de TUI Cruises, el Mein Schiff, y los lujosos Marina y Seven Seas Splendor. El hecho de coincidir por vez primera cinco cruceros, provocó que la Plataforma contra los mismos criticara la llegada Wonder of the Seas, advirtiendo que la “intensificación de contaminación que se vivirá en la ciudad durante las horas en que los barcos estén atracados, perjudicaría así al medio ambiente, la salud y a los propios cruceristas”. Asimismo, la Plataforma señaló que el hecho de recibir en un solo día a cinco cruceros “generaría nuevamente el caos y la saturación de las calles del centro histórico de Palma”. Y resaltó que la ciudad ya no la soportaba más.
Joan Mas, el diputado de “Més per Mallorca”, exigió a Puertos del Estado que “limite de una vez por todas la llegada de cruceros a Palma, ya que es necesario un replanteamiento de decrecimiento y de sostenibilidad por una cuestión de calidad de vida y que piense más en los ciudadanos”. Mas criticó la llegada de un megacrucero con 4.000 turistas y 2.300 personas de tripulación. “Es imposible que Palma aguante esto”, aparte de tratarse de una cuestión de “salud medioambiental, salud económica y calidad laboral”.
Como señal de protesta, la “Plataforma contra los megacruceros” calificó el acuerdo del Govern y CLIA (asociación comercial de líneas de cruceros) de “interesado y poco ambicioso”. Y se embarcó en el velero Rafael Verdera, para llevar a cabo una acción reivindicativa ante el crucero más grande del mundo, el Wonder of The Seas. “Un buque –revindicó– que sobrepasa por siete la altura de la Seu, que desembarca durante unas horas miles de personas en las calles del centro Palma, que contamina casi diez veces más que todos los coches de Palma juntos, y que genera 2.000 toneladas de residuos al día, es un turismo insostenible… Es mucho más de lo que nuestra ciudad puede soportar. Hace tres años que decimos que el límite estaba en un megacrucero al día. Pero este lunes, frente al Wonder of The Seas, matizamos: no queremos ningún super-megacrucero en nuestra ciudad. La industria turística parece no tener límites, ni capacidad para autorregularse, ya que siempre encontrará formas de crecer y en alianza con las instituciones para legitimarse”.
La Plataforma contra los megacruceros exige pasar a un modelo de turismo de cruceros diferente, “respetuoso con el medio ambiente y el territorio, con los habitantes de la ciudad y con los propios turistas. Hoy, volvemos a embarcarnos en el velero más antiguo de España para ir a decirle al mayor crucero del mundo que no lo queremos en ciudad”.