Revista Comunicación

Protesta debe ser pacífica

Publicado el 21 noviembre 2019 por Solano @Solano

Los colombianos vamos hasta el extremo en cada discusión. Nos cuesta aceptar que el mundo no está solo en blanco y negro, y que en la mitad hay muchos grises.

El mismo concepto del disenso nos pone a pelear. No hay un concepto que sea aceptado alrededor de lo que significa protestar, pensar diferente, exigir derechos y definir responsabilidades. El marco de la legalidad, la última frontera antes del consenso y suele dar la legitimidad, es desafiado constantemente.

El 21 de noviembre, los colombianos nos mediremos el aceite como sociedad. La convocatoria a un Paro Nacional crispa los nervios de muchos por los últimos antecedentes de manifestaciones que lesionaron el espacio público.

Si no estamos preparados para salir a las calles, una opción legítima y efectiva es el escenario digital donde abundan ejemplos no solo en el mundo sino en Colombia con conquistas importantes. El movimiento Colombia Sin Asbesto buscó la prevención de enfermedades relacionadas con este mineral y logró su prohibición; en 2008, el grupo en Facebook ‘Un millón de voces contra las FARC’ movilizó cerca de 12 millones de personas en 205 ciudades de 40 países y eso derivó en el debilitamiento del grupo terrorista.

Con la campaña #DefiendoLey1680, los ciudadanos crearon diseños y radicaron cartas en la Corte Suprema de Justicia para defender esta ley que protege los derechos de las personas en situación de discapacidad visual. La Corte falló a favor de ellos.

La campaña #LaMacarenaNoSeToca consiguió revocar una licencia ambiental otorgada de manera fraudulenta. Los ciudadanos, con técnicas de datos abiertos, descubrieron, además, que las coordenadas para el otorgamiento estaban mal alinderadas lo cual también incidió en la revocatoria.

El activismo digital que no se conforma con coleccionar ‘Me gusta’ invita a involucrarse en los movimientos sociales, para que vía redes, opinen y participen con acciones digitales que inclusive pueden migrar a recursos legales.

Si más ciudadanos se forman en competencias digitales para utilizar bien las redes sociales se puede lograr transformación social en el entorno sin destrozar los bienes que les sirven y le cuestan a los mismos ciudadanos. Ojalá la protesta del 21 sea en paz para gane legitimidad.

Nota: Columna publicada originalmente en Vanguardia el día 14 de noviembre de 2019


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