Numerosas promotoras urbanísticas de la década de los 70 vendían sus urbanizaciones rodeadas de zonas verdes, y equipamientos públicos. Pero la realidad, era muy diferente a lo que vieron en papel. En estos años, llegar a la estación era una odisea. Las urbanizaciones se encontraban unidas al casco a través de caminos entre terrenos arados, sin aceras ni asfalto.
Por poner un ejemplo, el coche oficial de uso por el alcalde y concejales fue un Land-Rover, debido al urbanismo de aquellos años.
Protestas que gracias a todos estos vecinos, pudieron iniciar la ciudad de que somos hoy.
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