Protestas estudiantiles en Londres

Carlos y Camila, príncipes de Gales, no se han librado de las iras de los estudiantes británicos, que han salido a las calles de Londres para protestar contra el aumento de las tasas universitarias, que se han triplicado de un día para otro, pasando de un máximo de 3.200 libras anuales a 9.000. Es evidente que el Gobierno conservador de David Cameron no quiere que las hijas e hijos de las trabajadoras y trabajadores tengan estudios superiores, aunque con estas cantidades ni la clase media, si es que todavía existe, podrá hacer frente a los precios abusivos de la Universidad en Inglaterra. Ésta es, sin duda alguna, una consecuencia más de la crisis económica, que se ceba sobre los sectores populares, mientras la banca y la patronal aumentan sus beneficios y se reservan el monopolio de la educación para sus retoños, que en el futuro estarán llamados a sustituirles.  Todo un ejemplo de equidad, justicia, igualdad de oportunidades y democracia.  El líder liberal-demócrata, Nick Clegg, que en campaña electoral rechazó esta medida, ahora la ha respaldado en concepto de peaje por su coalición con David Cameron. Nick Clegg se ha ganado el descrédito social, pero también, y muy importante, el rechazo de una parte importante de su propio grupo,  que vió como la mitad de sus representantes votaban en contra de una propuesta regresiva y reaccionara desde una perspectiva social.  Todo mi apoyo, desde aquí, a la lucha estudiantil y, por qué negarlo, me alegro del zarandeo al coche en el que viajaban Carlos y Camila. Es bueno y necesario que conozcan en primera persona cuál es la situación real de su país, que difiere mucho de la que viven a diario en los salones de Buckingham Palace.