Tengo ganas de que me llamen un poco de todo (o no, quien sabe) Así que vamos a empezar una pequeña serie de entradas en el blog, para argumentar, o al menos intentarlo, contra aquello que es de común pensamiento y aceptado como la verdad. En este momento tengo pensados dos temas. Veremos si me salen más.
Para empezar, así sin anestesia, no entiendo los derechos de las personas. Al menos la mayoría de ellos. De hecho solo me cuadra uno. El derecho a la vida. Los demás, pura impostura. Eso me parecen, cada día más. Nos los otorgamos, a nosotros mismos. Generalmente en contra de los demás.
Tu derecho a fumar atenta contra el mio a respirar aire fresco. Tu derecho a una vivienda digna atenta contra el mio a hacer lo que me de la gana con mi casa del pueblo. Tu derecho a comer todos los días atenta contra mi derecho a comer todos los días, quizá no en España, pero sí en muchos lugares del trópico o del hemisferio sur. Tu derecho a vivir no atenta contra el mio. Ese no. Pero al margen de ese podemos seguir, hasta la saciedad.
Es una esclada de derechos, que nos arrobamos, de los que nos apropiamos, en virtud de nosequé (al menos yo) y que no son más que la constatación, por la via civil, cuando no de la criminal, de que culo veo, culo quiero y el culo es mio. Establecemos como propias cualidades o beneficios. Todos pensamos que mola. Qué están bien. Así debe de ser. Pero yo no lo tengo tan claro.
Como se destila unas líneas más arriba, los derechos de uno entran en conflicto con los de otro. Y claro, establecer una categorización de cuales son más o menos importantes es equivalente a decir que una persona es más o menos importante que otra. Conforme lo sean sus derechos.
Si todas las personas nacemos iguales, entendiendo iguales como que todos tenemos iguales derechos, y si nuestros derechos son los mismos y de igual categoría, ¿de qué manera podemos establecer que derecho prevalece en cada caso?, ¿el tuyo o el mío? ¿depende del caso? Es un absurdo. Reducción al absurdo lo decían cuando yo estudiaba.
Concluyendo, si todos somos iguales en derechos, como parece ser que todos pensamos, (bueno igual algún talibán no lo piensa) significa que no puede haber ningún derecho, excepto el de vivir, que básicamente más que derecho, es un hecho, puesto que aquí y ahora estamos. Los derechos no existen, sólo las libertades.
P.S.: Si planteamos las cosas en función de libertades y no de derechos, la cosa funciona bastante mejor. Libertades, Responsabilidad, ¿Derecho?... Derecho a vivir... cargando con las consecuencias.