En alguna época, las líneas férreas argentinas tenían la nada despreciable longitud de 100 mil kilómetros, donde se transportaban mercancías y gente trabajadora a distintos destinos. Para su sostén, trabajaban 80 mil empleados. En los primeros años de la década de 1990, debido a las políticas privatizadoras aunadas a las crisis económicas, la red ferroviaria se recortó a 20 mil kilómetros y se despidieron a 60 mil almas que presas de la globalización quedaron desempleados. ¿Qué hacer con toda esta gente?, ¿qué hacer con sus familias?, ¿dónde trabajar?. (FILMAFFINITY)