Las partes enterradas de la instalación, tuberías y accesorios, casi en exclusiva, si están elegidas de acuerdo con las condiciones de utilización y colocadas correctamente no deben suponer ningún mantenimiento por cuanto el diseño está al margen de esta consideración. Otro tanto puede decirse de las válvulas, ventosas y otros elementos situados en arquetas, siempre que estén fabricadas con materiales adecuados.
Los aparatos de riego tampoco requieren de mantenimiento,solo la sustitución de piezas dañadas por el uso yla regulación de las condiciones de riego,para lo cual deben elegirse modelos de fácil manejo, protegidos contra el vandalismo, y situarse en obra correctamente. Así los distintos elementos de la instalación, aspersores, difusores, tapas de arquetas... no deberán interferir las operaciones de siega; las trayectorias de agua no perjudicara otros elementos como farolas, construcciones, mobiliario y en especial a los troncos de los vegetales; tampoco mojar paseos y áreas terrizas, ni en general cualquier superficie distinta a la que debe aplicarse el riego. Todos estos aspectos son fácilmente corregibles en la fase de diseño; su no observancia acarrea grandes problemas de mantenimiento.
La parte más delicada de la instalación, es la que se sitúa en la sala de máquinas: bombas, filtros, tanques... que, con frecuencia es también la más costosa. El diseño aquí tiene mucha importancia para el resultado futuro y su mantenimiento, no tanto en la elección en si de los aparatos, pero sí en la disposición de los distintos elementos en el interior de la sala de máquinas y procurar unas buenas condiciones de habitabilidad.
Con frecuencia las distancias se acortan hasta extremos de no dejar sitio para operar con cierta comodidad, impidiendo la realización de las operaciones de vigilancia, control y mantenimiento, casi siempre porque el proyectista las desconoce y, como es lógico pensar, no prevé su desarrollo. Los planos no solo deben contener el esquema de conexionado de los distintos elementos y dejar que el instalador se apañe como pueda, sino un plano con detalle de su colocación y fijación, manteniendo las distancia de paso y de operatividad necesarias.
Mantenimiento de fuente ornamental
El otro defecto apuntado es el de las malas condiciones de estos lugares. Frecuentemente tienen muy mal acceso y una humedad excesiva, cuando no agua permanentemente. Estas deficiencias no solo hacen penoso el trabajo en estos lugares sino que arruinan rápidamente la instalación, además de exigir un elevado mantenimiento, que ha de corregir constantemente estas agresiones.Mención especial merecen las instalaciones hidráulicas de las fuentes ornamentales. Aquí la complejidad puede ser grande y la utilización muy intensa, que produce rápidos deterioros si no se han adoptado las medidas necesarias en el diseño. Basta para ello considerar los caudales de agua que las fuentes ornamentales mueven en una sola jornada para tener una idea del desgaste a que están sometidas todas sus piezas, en especial si el agua transporta sólidos en suspensión, como es habitual. El diseño de fuentes ornamentales requiere de una cierta especialización y entrar en este campo sin la debida preparación es comprometido.