Las líneas eléctricas, si son enterradas, como ocurre casi siempre, en condiciones normales, no requieren mantenimiento, no siendo por tanto un factor a considerar en su trazado y diseño; solo habrá que tenerlas siempre bien localizadas para no agredirlas inconscientemente. Tampoco los mecanismos y aparatos situados en armarios, cajas eléctricas y transformadores. Su vida en general es elevada siempre que no se den condiciones de humedad, que ataca a todas las partes metálicas, contactos eléctricos especialmente, además de ser muy peligrosa por la posibles derivaciones.
Arqueta de alumbrado anegada
Por el contrario las partes de la instalación situadas al aire libre, como los aparatos de alumbrado, sí requieren de esta consideración en el diseño. Están sometidos a la intemperie y expuestos al vandalismo.En su diseño es preciso utilizar materiales robustos y resistentes asegurandoel buen aislamiento de los conductores en cualquier situación posible; en este sentido debe prestarse mucha atención al estado de portezuelas de armarios y farolas y mecanismos de seguridad; asimismo hay que prestar atención a la proyección del agua por aspersores y regadores, y a la situación de la trampillas de las farolas, que a veces reciben de lleno los chorros de los aspersores. El mantenimiento, si todo está correctamente pensado y dimensionado, y no existe vandalismo, debe limitarse a la pintura de las partes exteriores, y reposición de elementos fungibles, como lámparas, operaciones que deben ser tenidas en cuenta en el diseño.Otro aspecto a considerar son las exigencias de conservación que pueden darse en elementos de diseño singular. Aquí el proyectista deberá, por similitud con otros equipos, determinar los problemas de conservación y costes de reposición de piezas gastadas.