En un mundo post-revolucionario donde las criaturas sobrenaturales que antes se ocultaban ahora caminan libremente por las calles mostrándose tal cual son, una mansión se convertirá en el reflejo de las luchas sociales entre dos bandos: los humanos, atados a sus reglamentos de vida de antaño; y los inframundanos, sujetos a la idea de que, mínimo en el amor, no hay reglamentos que valgan. ¿Cuál será el desenlace? ¿Los inquilinos inframundanos de la mansión le mostrarán a los demás el placer de vivir sin reglas? ¿O acaso tendrán que someterse a las conductas humanas, cada vez más fuertes políticamente?Leer Aquí
Se quedan sorprendidos por décima vez en la noche, mirándose las caras sin apartar los dedos del puntero.
— ¿Qué miremos? –pregunta el tal Dylan.
— Debe referirse al ojo de vidrio –contesta Sara- Se dice que es la única forma de ver a las presencias con las que te comunicas.
— Vale, echa un vistazo entonces. ¿Qué podría salir mal?
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