Cuando me presentan proyectos de empresas (startups) enseguida discrimino si estoy ante un proyecto de negocio o ante un proyecto de unicornio. Me explico.
Obviamente nadie tiene certeza cuando se plantea una aventura empresarial de adonde conducirá, pero sí que se puede deducir a priori de su planteamiento, si en el mejor de los casos estamos ante un buen negocio o podemos estar ante un nuevo “unicornio”, una empresa que puede llegar a ser valorada por encima de los 1.000 millones de dólares.
Es importante hacer esa distinción al inicio, porque hay que mirar los proyectos con distinto prisma.