
Cuando yo era pequeña, había un programa en la tele (bastante cutre, todo sea dicho) que se llamaba "Humor amarillo". Se suponía que era una prueba de resistencia. Los chinos que concursaban - de ahí lo de amarillo - se pegaban unos guarrazos de tomo y lomo, sin perder jamás la sonrisa. Pero a los chinos aquellos los metía yo en un coche con 2 críos pequeños en un viaje Badajoz-Madrid, a ver a cuántos se les había congelado la sonrisa al final del trayecto. Eso sí es una prueba de resistencia y lo demás es bobería.- ¿Cuánto falta? ¿Queda mucho? - pregunta Susanita, a los diez minutos de haber salido.- Hija, acabamos de salir. Todavía quedan horas.- Y...¿una hora es mucho? - pregunta el Terro.- En este plan, sí. Mirad - digo para distraerles - vaquitas y un ternerito.- Yo no he visto el ternerito- chilla el Terrorista- Papá, da la vuelta para ver el ternerito.- Sí, hombre - exclama mi santo - Otra cosa no estoy pensando. - Y allí, allí hay un castillo - señalo yo, en un afán desesperado porque olvide el ternerito de las narices.- ¿Viven ahí princesas? - se interesa Susanita.- Ya no. Vivían.- ¿Qué les pasó?- Se murieron.- ¿De qué?- De viejas.- ¿Y cómo se llamaban?- Tu hija se cree que eres el "Quién es quién" - me susurra mi santo, riéndose.- Rigoberta, Clarisa y Eustaquia - repongo yo, tan fresca.- ¿Por qué les pusieron unos nombres tan feos?- Porque sus padres tenían muy mal gusto.- Por Dios, Susanita - suspira el Terro, levantando la vista - Cállate ya de preguntar tanto.Silencio durante dos segundos. Bendito silencio. Uno. Dos.- Me aburrooooo - se queja Susanita.- Vamos a jugar a las "avidinanzas" - sugiere su hermano.- Vale, empiezo yo.- No, empiezo yo.- ¡QUÉ NO, QUE EMPIEZO YO!- ¡NO, EMPIEZO YO!´- Mamááááá, que el Terro no me deja empezar...- Jopeta. Es que yo tuve la idea y ella siempre quiere empezar, mamá.- Bueno, calma - intento conciliar - Susanita, la idea fue del Terro así que empieza él.- Vaaaale.- Venga, Terro, di tu avi...tu adivinanza.- Alto, alto, no tiene fin. Y es negro con puntos blancos.- El cielo - exclama Susanita.- No.- No sé, me rindo.- El espacio exterior.- Pero es que el espacio exterior es lo mismo que el cielo, so tonto.- Pues no, porque el cielo es azul y el espacio exterior es negro.- Pero es que el cielo es azul sólo de día ¿verdad, mamá?- Mamá se ríe de lo tonta que eres.- No, se ríe porque no tienes ni idea. El tonto eres tú.- Mamááááá, que Susanita me ha llamado tonto.- Porque tú me lo llamaste primero.- No discutáis - intervengo - Venga, Susanita, te toca a tí. Y como me dés otra patada en la espalda, te corto la pierna.Siguen jugando a las adivinanzas y tenemos dos segundos más de paz hasta que un olor nauseabundo invade todo el coche.- FOOOOOS, mamá, es que el Terro se ha tirado un pedo.- Yo no he sido.- Sí has sido tú. - Que no.- Pues yo tampoco.- A mí no me miréis - repone mi santo.- Ni a mí -me apresuro a añadir - Ha sido el que tenga las orejas calientes.Inmediatamente, los dos se tocan las orejas.Faltan 300 Kms para llegar.- Quiero agua- Toma.- Mamáááá, me he derramado el agua por encima.- Bueno, pues quítate esa camiseta y pónte esta otra.270 Kms para llegar- Quiero hacer pis- Y yo caca.200 kms para llegar. Concurso de a ver quién chilla más alto.- AAAAAAAAHHHHHH- AAAAAAAAHHHHHH- ¿Os podéis callar un minuto, por favor?- suplica mi santo.- Eso - tercio yo - A ver quién aguanta más rato callado.No duran ni un segundo. 150 kms para llegar.- Mamááááá, Susanita me ha torcido el tobillo.- Que no te lo he torcido, mentiroso.- Que sí, que tú no estás en mi cuerpo. Que he oído "crack".- A ver...pero si no tienes nada. - Ni que tú fueras médico. Sólo eres una niña. Papááááá, que Susanita me ha torcido un tobillo.- Vaaale.- Que de verdad, papá.- Que sí, hijo, pero no tienes nada.- ¿Ves?Cien kms para llegar a Madrid.- ¿Falta mucho?- Un ratito.- Es que estoy mareada y tengo ganas de vomitar. - Toma una bolsa por si acaso.Al fin llegamos.- Te invito a un Ibuprofeno - dice mi santo, nada más aparcar.- Hecho.Esto sí es trabajo de chinos y no andar sobre el cilindro rodante.