Parece que las aguas vuelven a su cauce, porque hemos pasado una semana que bien me ha recordado el primer mes de vida de la pequeña Patatita, cuando aún no estaba acostumbrada a los nuevos horarios que marcaba mi pequeña y el cansancio era un estado permanente. Y es que llegó esa fatidica semana que parecía que no iba a llegar nunca pero cada día estaba más cerca: la vuelta al trabajo. Pero es algo por lo que todas las madres trabajadoras han pasado y yo no me voy a quedar atrás.
Después de tantos meses toca volver a las mañanas de salir corriendo de casa con la chaqueta a medio poner para coger el bus al vuelo, de coger el metro donde sus vagones se convierten en mi mejor sala de lectura, de llegar a mi despacho con calor aunque el termómetro marque bajo cero del carrerón que me he pegado para llegar, de pasar 8 horas pegada a la pantalla de mi ordenador dedicada a mis labores... lo que era mi rutina vamos. Pero a mi rutina ahora tengo que añadir la rutina de mi peque: despertarme antes para darle sus desayuno lacteo según me lo pida, jugar un ratillo con ella - cómo se lo voy a negar a esa sonrisa...-, vestirla y dejarle la mochila preparada para la guarde, y con mucha pena y envidia dejarla jugando con su padre - que en un ratito la tendrá que llevar a la guarde - , después de mi rutina salir corriendo no, volando de vuelta para recogerla, y finalmente llevarme todos los días una de las mayores satisfacciones cuando la recojo, ya que se vuelve loca de alegría al verme (no os digo más que salen las profes de las otras clases a ver como me recibe). Las tardes se han convertido en una mezcla de trabajo y juego. Procuro adelantar lo que puedo desde casa y mientras juego lo que puedo con la Patatita. También ayuda mucho que cada vez está más espabilada. La dejo sentada al lado mío rodeada de juguetes y cojines a partes iguales y se lo pasa genial mientras yo la canto y animo. Cuando ya se acerca la hora de que regrese papá Patata no arreglamos para salir, y ya nos juntamos todos (incluida la perrita) para dar nuestro paseo vespertino. Y así se nos pasan los días (añadiendo tareas del hogar...)
Pero eso ahora que ya nos hemos habituado y ya me da tiempo hasta de escribir en el blog, porque los primeros días fueron un poco peste. Para empezar el primer día de vuelta al trabajo, papá Patata estaba de viaje por motivos laborales así que apáñatelas sola, con tu depresión post baja laboral, y encima pensando en cómo se estará adaptando la Patatita al primer día completo de guarde. Por supuesto después de las bienvenidas varias en el trabajo a media mañana llamas a la guarde: - Cómo está la peque ? - , -Bien, pero no ha hecho ninguna siesta... -, - Ya os dije que no dormía.. - Creo que se pensaban que les estaba vacilando cuando les decñia que Patatita tiene ganas de fiesta casi permanentemente y solo hace minisiestas... Pero por fin pasaron los 2 días de viaje de mi marido y cundo todo parecía que iba a ir sobre ruedas cuando llegara por la tarde, me llamaron de la guarde diciéndome que Patatita ya había agarrado su primer virus... 2 días en la guarde y ya tenía su primera fiebre... 38.5º!! Así que mi tercer día de trabajo ya me tuve que quedar en casa con ella. Menos mal que ella es más dura que una piedra y estaba tan normal, venga a jugar y sin perder apetito!! Los siguientes dos días, ya sin fiebre ya fueron más normales. Y llegó el fin de semana, y horror, sensación de fiebre el viernes por la tarde, y por supuesto fiebrón el sábado. Después del finde estando a medio gas ayer teníamos acumulación de cosas por hacer, y no ha sido hasta hoy que hemos empezado a respirar un poco.
Lo mejor de todo, es que pese a los virus la Patatita se ha adaptado perfectamente a la guarde. No llora ni cuando la dejamos por la mañana. Ya sabéis que tras la temporada de extrañar que tuvo era un tema que me agobiaba bastante, pero enseguida se ha hecho a su Seño y al resto de las chicas. Además le encanta observar a los compis más mayores, ya que son los más activos. Con deciros que uno de los días al llegar a buscarla me la encontre sentada en el centro de la clase junto a su Seño y alrededor de ellas todos los niños de 1-2 años, estaba hecha una jefa!! Y esa es otra, que cada día llego a una hora, así que no se puede decir que la veo que está bien porque saben que es mi hora de llegada y me la tienen preparada, es que realmente está bien. Eso sí, según me ve, es la locura.
El tema de las comidas era algo que también me preocupaba bastante. Al estar las dos juntas en casa no tenía un horario fijo de comidas y el sistema que teníamos era más bien a demanda, y no sabía que tal llevaría el tener una rutina, encima con leche de bote además de que le diera el biberon una persona "desconocida". Los primeros días por lo visto comía muy poquito pero ahora hace unas tomas bastante amplias y sin ningún problema.
Como véis estamos adaptándonos a la vuelta al trabajo de manera bastante satisfactoria. Ahora nos toca ponernos al día otra vez con el blog, y a leer nuestros blogs preferidos que también los hemos tenido bastante abandonados. Aprovechamos para daros las gracias a todos los que nos habéis animado y aconsejado, que habéis sido muchos: Muchiiiiiiiisimas Patata-gracias!!!!!