Como consumidores de videojuegos somos animales curiosos. Nos quejamos pero compramos. Al igual que cuando superamos una ruptura (estos cinco estados emocionales son los que se viven tras una separación, de hecho), es como si nuestro organismo entero se revolviera para acabar siempre, nos quejemos o no, comprando… eso sí, si está baratico.
Las empresas tienen que volverse locas con el feedback tan loco que le devolvemos con cada cosa que anuncian