Revista Psicología
Sobre el año 1900, los propios psicoanalistas tenían que defenderse de los advenedizos e intrusos incompetentes que empezaron a florecer interpretando como símbolos sexuales absolutamente cualquier cosa. Jung, en calidad de presidente de la Asociación Psicoanalítica, escribió una carta diciendo que estaba saturado de literatura psicoanalítica extravagante, siendo el detonante un trabajo donde se interpretaba la figura de Jesucristo como símbolo de acto sexual.
Este tipo de prácticas descontroladas, Freud lo describió como “psicoanálisis salvaje” e impuso la regla de que solamente podrían ejercer el psicoanálisis aquellos que se hubieran sometido a una rigurosa formación, que incluía un psicoanálisis personal didáctico.