Revista Salud y Bienestar
Los tratamientos psicoeducativos (conocer las teorías de como funciona nuestro cerebro, de que depende nuestro comportamiento o cual es la base de la enfermedad mental) hoy día son muy frecuentes y es normal encontrar que se llevan a cabo en casi cualquier centro, en especial cuando hablamos de los trastornos mentales severos. No obstante no siempre fue así.Hasta hace unas décadas se pensaba que a la persona afectada de una enfermedad mental, sobre todo una grave como lo puede ser la esquizofrenia o el trastorno bipolar, no se le debía dar demasiada información sobre ella, ya que podía deprimirse, no interpretarla bien o incluso acabar desconfiando del tratamiento o del profesional.Por ejemplo, se creía que si a la habitual desconfianza hacía los fármacos (las pastillas) por los efectos secundarios que pueden producir (temblores, sequedad de boca, aumento de peso, pérdida de capacidad sexual...) se le unía que se estos efectos se explicaran haría que esta desconfianza aumentara todavía más y que, por tanto, la persona rechazara el tratamiento.No obstante esta visión, muy basada en la idea de que a las personas con una enfermedad mental había que contenerlas y darles soporte en lugar de fomentar su autonomía, fue cambiando a medida que aparecían y se extendían otras formas de entender la salud mental, como las visiones basadas en los conceptos de rehabilitación y recuperación.Gracias a este nuevo modelo y los buenos resultados que fue ofreciendo, se comprobó que el pronóstico (lo que se puede esperar en el futuro) de las personas con un trastorno mental, aunque fuera grave o severo, podía ser mucho más esperanzador de lo que se creía hasta entonces. De esta forma el discurso de que la enfermedad era crónica o para siempre, muy poco motivador, pudo cambiar a uno basado en la idea de que la mejoría es posible. De esta forma hablar de la enfermedad, los síntomas, los tratamientos, los efectos secundarios y, sobre todo, las herramientas necesarias para conseguir el control sobre la enfermedad y alcanzar la recuperación pasó a ser algo aceptado, venciendo el miedo que tanto los profesionales como las instituciones tenían a hacerlo. Leer entrada completa »