El médico Alfredo Embid, que maneja una gran cantidad de información (aunque a mí el tono que ofrece al difundirla no me convence), hace un aporte valioso sobre el asunto de la relación entre el consumo de antidepresivos y otros psicofármacos y las masacres en Estados Unidos. Amplía y documenta así lo que publicábamos hace unos días al hilo de lo acontecido en Newtown.
El investigador especializado en temas de salud Mike Adams concluye que:
Prácticamente cada masacre escolar en la última década (incluyendo la de Columbine) fue llevada a cabo por niños que tomaban medicamentos antidepresivos o alguna otra medicación psicotrópica.
Estos asesinatos tienen tres cosas en común:
1) Sus protagonistas son hombres jóvenes
2) Los tiradores exhiben una desconexión con la realidad
3) Los asesinos tienen un historial de uso de medicamentos psiquiátricos.
Los asesinos adolescentes de Columbine en 1999, Eric Harris y Dylan Klebold que mataron a doce compañeros y un maestro y luego se suicidaron, eran medicados con Luvox (luvoxamina) que es un medicamento antidepresivo, inhibidor de la recaptación de serotonina. Cuando se supo, las ventas de su fabricante Solvay Pharmaceuticals, cayeron. Solvay fue acusada ante los tribunales pero los juicios se solucionaron con “acuerdos”.
Solvay retiró el medicamento del mercado en Estados Unidos en 2002 pero en 2007 lo reintrodujo a través de otra empresa, California Jazz Pharmaceuticals y en 2008 consiguió que la agencia de medicamentos estadounidense, la FDA, lo aprobase con una nueva formulación retard (de liberación controlada) Luvox CR.
El libro de Patricia Kelly O’Meara Psyched Out citaba ya en 2006 una lista de casos de violencia y asesinatos cometidos por niños bajo los efectos de la medicación que les habían recetados sus médicos.
Esto no sólo sucede en EE.UU., como narra Embid. En una escuela de Winnenden cerca de Stuttgart, Alemania, un antiguo alumno de 17 años de edad mató a 16 personas. Después fue a una clínica psiquiátrica y mató a un empleado. Existían indicios de que estaba bajo las reacciones adversas de la medicación psiquiátrica que altera el cerebro.
Estados Unidos se lleva la palma de masacres y de consumo de drogas psiquiátricas: uno de cada cinco adultos toma psicofármacos. Podéis ver este vídeo en el que el psiquiatra Peter Breggin, Micheal Moore y otros hablan de la estrecha relación entre las drogas psiquiátricas (en concreto del Prozac o de Paxil) y la violencia en las escuelas de Estados Unidos.