Esta rara patología se caracteriza por la creencia delirante recurrente de que una persona, normalmente del entorno cercano del paciente, ha sido remplazada por un impostor. En general los pacientes describen diferencias imperceptibles entre la persona original y el impostor. Es decir, el impostor es idéntico físicamente al familiar reemplazado, pero no es él.
Existen casos en los que el síndrome se asocia a la esquizofrenia paranoide. Algunos pacientes han llegado a afirmar que sus familiares han sido abducidos por extraterrestres y cambiados por clones similares, pero no iguales.
Esta patología también se asocia a otros el trastorno como el esquizoafectivoo los trastornos del estado del ánimo y raramente, se puede asociar a enferemedades no psiquiátricas, como la epilepsia, el accidente cerebrovascular, un traumatismo craneal, tumores cerebrales, enfermedades degenerativas como la enfermedad de Alzheimero demencia por cuerpos de Lewy, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, enfermedades metabólicas, enfermedades infecciosas, e intoxicaciones por sustancias de abuso, entre otras.
¿Por qué se produce?
Como siempre, el culpable de que padezcamos desequilibrios mentales es, como no podría ser de otro modo, nuestro cerebro. En esta ocasión los ovnis no tienen nada que ver.
Lo cierto es que no existe una única causa asociable a esta patología, pero en la mayoría de los casos está relacionado con lesiones en el hemisferio derecho, el lóbulo frontal, temporal y parietal, si bien también se presenta una alteración funcional relacionada con el circuito de la dopamina.
Todas estas disfunciones provocan una dificultad para procesar de forma adecuada los rostros conocidos. Así pues, algunos señalan que se trataría de una alteración de la integración entre la información del hemisferio derecho con el izquierdo. Vigheto afirma que la lesión en el hemisferio derecho actuaría desinhibiendo el izquierdo, privándolo de informaciones adecuadas y llevando al sujeto a verbalizaciones delirantes.
Pero, ¿Cómo llegan a la conclusión sus familiares han sido sustituidos?
En la mayoría de las ocasiones buscamos respuestas para las cosas que no podemos explicar y debido a las disfunciones cerebrales antes mencionadas, los pacientes no reconocen emocionalmente a la persona que está detrás de un rostro que si conocen.
Histein y Ramachadran proponen la siguiente hipótesis: una desconexión entre el sistema límbico, especialmente la amígdala (estrechamente relacionada con las emociones y los recuerdos emocionales)y la corteza temporal inferior impide a los pacientes acceder a la memoria emocional. Entonces, el delirio surgiría como una respuesta ante la situación patológica de no experimentar el sentido de familiaridad ante el rostro conocido, pudiéndose catalogar como una agnosia de reconocimiento familiar y un delirio secundario de reduplicación que da sentido a esta agnosia.
Como siempre las emociones, tan odiadas por lo racionalistas, son parte fundamental de nuestra cordura. Siempre nos han dicho que la emoción y la razón no se llevan bien. ¿Que sería de la razón si no fuese guiada por la emoción? El síndrome de Capgras es claro ejemplo.
Si queréis proponer algún tema, no dudéis en dejar un comentario con vuestra propuesta.