Revista América Latina

Psicosoma | Duelos por suicidio: intentos previos

Publicado el 21 febrero 2024 por Jmartoranoster

Mein Ein Und Alles

 Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el nivel pandémico del virus del covid bajó, pero nos negamos a reflexionar y a percibir las nuevas realidades en torno a las mutaciones de virus y demás bacterias causadas por el calentamiento global. Menos visibles son los padecimientos que sufren la mente y el inconsciente de toda la población humana. El cerebro percibe apenas un 20% de la realidad, mientras que el 80% restante corresponde a sus interpretaciones.

La tan primaria y básica expresión: «Ojos que no ven, corazón que no siente» invisibiliza el mundo intrapsíquico. Es claro que la mente y el alma no se ven; entonces, ¿cómo hacemos para sanarlas?

Tenemos países de economías frágiles (con pobreza y exclusión social), exportadores de materias primas, como los de América Latina, que están al borde de la desnutrición, o aquellos de otras latitudes donde campea la hambruna, como Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Yemen o Afganistán. ¿Cómo no se nos ocurre hablar de la salud mental de sus habitantes?

Recordemos que somos una moneda con cara y sello: soma y psique. Creemos que lo que no se ve ni se palpa, no existe y hasta es un mundo extraño. La psiquis es un continente lunisol habitado por seres y animales. En los tiempos ancestrales éramos unidades holísticas, no disociadas, algo que no ocurre en este tiempo de «progreso». Recuerdo tremendas polémicas y debates filosos con ortodoxos oscurantistas que nos tildaban de ejercer una «profesión burguesa» y ni siquiera apoyaban la antipsiquiatría ni la Teología de la Liberación.

Existe una realidad estadística (no toman la clínica) del incremento de intentos de suicidios y suicidios consumados tras la pandemia. Es una «carta a la orden» si tomamos en cuenta las ansiedades, angustias, neurosis, depresiones, esquizofrenias, trastornos de personalidad y otras enfermedades mentales…

Es terrible generalizar, pero estamos «heridos de muerte lenta». El asunto no es que nos muramos, sino lo que arrastramos mientras vivimos, esos «terremotos mentales». Pocos son duchos en practicar lo de «la procesión va por dentro», y muchos los «analfabetos emocionales» que abren la «caja de Pandora», después de lo cual no hay modo de devolverse. No se trata del Camino de Santiago ni los círculos de Dante. Tenemos «a juro» que procesar esos sufrimientos en «carne viva» y doblarnos sin rompernos, cual bambúes.

Sobran los eufemismos: «todo está bien», «soy única», «una muerte digna», «ejecuciones», «falsos positivos», «quitarse la vida», «volar al cielo», «dementes», «habitantes de la calle», «suicidios asistidos»… Nos cerramos precisamente a hablar del suicidio, de las ideas suicidas, porque le tenemos miedo a la muerte y sigue siendo un tema más tabú que el sexo.

Nos sentimos inmortales y nos aterra carecer de identidad, ich bin nicht, sentir al que camina al lado (el doble o doppelgänger)Se desea vivir eternamente, alegre y sin complicaciones. Existen, por otro lado, los hunters, a los que les provoca cazar y matar gente. Otros actúan bajo el lema: «El fin justifica los medios». Esto me recuerda a una escena de El talentoso señor Ripley: «Si tú matas a mi enemigo, yo mato al tuyo», o cuando traté al decapitador Lucho, que anduvo con la cabeza del padrastro en el morral. Sufría de esquizofrenia, delirios, se comunicaba con los arcángeles y en su cuarto los pintaba. Nunca demostró piedad, tenía una angelical sonrisa y escribía versos encantadores, con una gran devoción a su madre, quien nunca observó en él brotes esquizoides. Definitivamente, hay amores que matan.

Tras la pandemia han aumentado los intentos de suicidios en Costa Rica. De acuerdo con el Ministerio de Salud, en el 2020 se reportaron mil 786 intentos. En el año 2021 hubo 2 mil 159. En 2022 aumentaron a 2 mil 896 y en 2023 iban por 2 mil 386. Hay un aumento del 62% en el periodo 2020-2022. De los hechos consumados en 2022, 429 fueron de adolescentes y jóvenes.

En las psicoterapias insisten la madre y el padre en que «no nos damos cuenta» y «ni los escuchamos al decir que se quieren morir». Muchos creen que es parte del proceso de rebeldía o crisis: «Quieren llamar la atención». Costa Rica registra 10 intentos de suicidio cada 2 horas y media de cada día en mujeres entre 25 y 50 años (para octubre de 2023). Dichos intentos se dan más en las zonas de Punta Arenas y Palmares.

El dolor es inexplicable y la culpa por no haber podido ayudar genera duelos. Se siente mucho miedo e impotencia al intentar abordar el tema. Comprendamos que el suicidio es multicausal y muy complejo porque no hay un modo de resolverlo. Siempre es necesario contar con apoyo terapéutico, una red de apoyo. Rompamos el silencio y eduquémonos, porque «escuchar es prevenir».

Rosa Anca


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