PSOE catalán sin PSC

Si Alfredo Pérez Rubalcaba fuera valiente y pensara en la supervivencia de su partido anunciaría ahora mismo la refundación del PSOE en Cataluña y abandonaría para siempre al PSC, su hermano catalanista, con el que se unió en 1978 por un error garrafal de Felipe González que él mismo reconoce.

Si Rubalcaba quiere que el PSOE siga siendo el referente socialdemócrata en España, incluida Cataluña, deberá pedirle al electorado charnego de izquierdas de esa región que abandone inmediatamente el PSC y se una al refundado PSOE catalán.

Porque el PSC-PSOE, como antes Izquierda Unida con sus diversos nombres, se ha hecho filoindependentista, aunque se envuelva en tinta de calamar para ocultarlo.

PSOE quiere decir Partido Socialista Obrero Español, y si ya perdió por la evolución social sus características de socialista y obrero, en Cataluña ha dejado de ser español para hacerse exclusivamente catalán.

La paulatina desaparición del PSOE de Cataluña, absorbido por el nacionalismo, se inició ya con aquella fusión del socialismo obrerista tradicional con la izquierda caviar de entonces, los partidos socialcatalanistas Reagrupament y Convergencia Socialista.

Los inmigrantes charnegos de izquierda vieron que llegaba a la cabeza de su partido quienes sólo querían hablar catalán y no reaccionaro ante su desapego a lo que representaba España; y aceptaron integrarse en el PSC, que sólo tenía una relación federal con el PSOE.

Los charnegos, la gran masa del PSC-PSOE, creyeron que como entre los dirigentes se mantenían inmigrantes como Montilla, seguirían siendo del PSOE.

Pero Montilla y demás mandamases charnegos escaparate de los burgueses localistas, se deslumbraron y abandonaron también la E de españoles.

Ahora, quien está en peligro es el PSOE en su conjunto porque, o se separa del PSC, prácticamente independentista, o muere en toda España a los 133 años de su fundación por Pablo Iglesias.

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SALAS