Los autobuses blancos del Sr. Gómez la van a costar más de un disgusto a Zapatero, quien presa de una manía comparable a la de la libreta azul de Aznar, guarda celosamente el secreto de su futuro político. Don José María desveló desde un principio sus intenciones: Ocho años de mandato y a casa, a disfrutar de la expresidencia, porque eso da mucho prestigio; Zapatero se resistió a responder a cuestiones suscitadas sobre la conveniencia de alargarse en el poder más allá de ese plazo y siempre fue esquivo, algo que es de agradecer, toda vez que el leonés errante lo que suele hacer, es mentir directamente.
Aunque no sea dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras, a D. José Luis, el del talante, quedarse calladito lo está pagando a un alto precio, mientras le pasean señas de identidad propias de su partido diferentes al del resto mientras lo avisa el Sr. Barreda de que no quiere verlo ni en pintura por Castilla no sea que lo lleve a la derrota electoral. No es de extrañar; el apoyo a Segolene Royal se tradujo en un sonado fracaso de la socialista francesa, mientras las críticas a Merkel y su “fracasado” proyecto político, la sostienen al mando de la locomotora económica europea, mientras propina collejas al pobre leonés.
Los pesos pesados, los barones del PSOE, tratan de alejar la imagen del presidente de la suya propia, único medio de no fracasar en las próximas elecciones autonómicas y municipales, y eso no es bueno para la formación. Zapatero ha sido, a lo largo de estos años, un serio problema para España, ahora lo empieza a ser en el seno de su propio partido político algo que puede cortarle las alas antes que las urnas. Spain is different.