PSOE y PP luchan por resucitar el bipartidismo, en el que se sentían mucho mejor que ahora, cuando están obligados a compartir el poder con nuevos partidos como Ciudadanos, Podemos y VOX, además de los antiguos nacionalistas e hijos del odio que pululan por el País Vasco, Cataluña y Navarra. Los dos grandes partidos se sienten incómodos con sus nuevos competidores en la política, que les obligan a negociar, pactar y ceder, un ejercicio democrático que detestan y para el que no están preparados. Es ahora cuando ven la oportunidad de que el multipartidismo se debilite y desaparezca, recuperando ellos el control absoluto del poder. ---
Las más recientes encuestas (ABC y La Razón) reflejan un retorno al bipartidismo porque fortalecen al PSOE y al PP mientras los demás retroceden. El regreso al bipartidismo es ya una tendencia.
Podemos, en bancarrota y en retroceso claro, se dirige hacia la extinción y el PSOE, que lo sabe, está haciendo todo lo posible por enterrar lo que queda de ese partido, con el que compite en la izquierda, al negarse a darle entrada en el gobierno, a pesar de que necesita sus votos. Sabe que otorgarle uno o varios ministerios resucitaría al partido de Pablo Iglesias y la prioridad es aplastarlo.
Al Partido Popular le ocurre algo peor con Ciudadanos, un partido que no está en declive, aunque refleja ya preocupantes síntomas de agotamiento tras haber abandonado Cataluña, que era su territorio matriz y donde su oposición al nacionalismo le convertía en un partido admirado en España. Para colmo, las riñas y directrices descaradas del presidente francés Macron han deteriorado seriamente su imagen y proyectan ante los españoles la detestable imagen de un partido sometido a los franceses, algo que siempre ha sido despreciado en España.
VOX es la tercera pieza que amenaza el bipartidismo y la más difícil de aniquilar, a pesar de que todo el poder político español, ayudado por la prensa miserable que se ha sometido al poder político, está demonizando y estigmatizando a ese partido, acusándole de falsedades e injusticias como las de ser un partido extremista, situado en la extrema derecha, que amenaza la paz y la democracia española. Sin embargo, mientras VOX sea diferente y siga hablando de las verdades prohibidas por los demás partidos, tendrá gran apoyo de los descontentos, indignados y demócratas,
La estrategia contra VOX, desplegada por todos los demás partidos y encabezada por el PSOE, Ciudadanos y Podemos, parece que está dando resultados porque la gente ha tenido miedo de votarles, a juzgar por lo ocurrido en las dos últimas elecciones, donde las expectativas fueron mucho mayores que los votos reales conseguidos.
La verdad que ocultan es que el bipartidismo les permitía mandar más, alternarse cómodamente en el poder y tolerarse mutuamente los abusos y corrupciones, mientras que el multipartidismo les resta poder y eficacia, pero la verdad es otra: la existencia de partidos como Podemos, Ciudadanos y, sobre todo, VOX, les hace más frágiles, les impide la corrupción, el abuso y el control excesivo y antidemocrático que socialistas y peperos tenían del sistema y de la vida política.
También ocultan que el multipartidismo hace de España un país mucho más democrático porque limita el poder de los partidos, les obliga a negociar y a cuidar más u imagen y otorga a los ciudadanos un papel más importante en el juego político, ya que los votos han adquirido un valor especial.
Pero lo más grave que esconden es que el bipartidismo ha hecho de Espala un país débil, corrompido, injusto, escasamente democrático, a punto de romperse y con sus ciudadanos indignados y rechazando en masa a la clase política.
Los estrategas del PP y del PSOE creen que los nuevos partidos les han arrebatado grandes cuotas de poder y han limitado peligrosamente la capacidad de maniobra de los grandes. Sin embargo, ven ahora una oportunidad única para debilitar a los nuevos partidos, todos ellos heridos y con problemas, y piensan aprovechar la oportunidad.
Francisco Rubiales