La psoriasis es una enfermedad inflamatoria que afecta aproximadamente al 1,5% de la población. Considerada de manera clásica una entidad casi limitada a la piel, cada vez conocemos y nos centramos más en su afección sistémica, su relación con otras enfermedades y su impacto emocional.
Al afectar al órgano más extenso y visible del cuerpo, repercute de manera negativa en varios aspectos importantes de la vida como la autoestima, las relaciones familiares y personales, el trabajo, y la integración social. Por ello al hablar de calidad de vida en la psoriasis no sólo debemos tener en cuenta los aspecto físicos, sino que debemos recordar los psicológicos, sociales e intelectuales.
Cómo afecta la psoriasis la calidad de vida
Existen diversos instrumentos de medida para valorar esta esfera de la enfermedad, son los llamados Cuestionarios de Calidad de Vida relacionada con la Salud. Estos cuestionarios pretenden medir la influencia de la psoriasis u otra enfermedad en la vida del paciente, su adaptación a la misma y las limitaciones que esta produce. Independientemente del cuestionario que se utiliza los resultados muestran de manera invariable un impacto de la psoriasis en diversas esferas tales como:
- Malestar físico. Casi el 90% de los pacientes refieren picor o escozor.
- Relaciones sociales: Más de 2/3 de los pacientes refieren vergüenza en relación con su enfermedad, que esta interfiere en su elección de la ropa, y más de la mitad reconoce que afecta a sus actividades sociales o de tiempo libre.
- Actividad deportiva: Casi la mitad reconoce que tiene dificultad para practicar algún tipo de deporte.
- Vida de pareja: Más de un tercio reconoce que afecta tanto a su vida de pareja como a sus relaciones sexuales.
- Desarrollo profesional: Un 30% reconoce que les ha afectado negativamente a la hora de estudiar. Un 19% consideran que tiene menos posibilidades de ascender. Casi la mitad reconoce que afecta su comportamiento en el lugar de trabajo.
- Percepción sobre uno mismo: Más de la mitad reconocen que afecta a su confianza, disminuye su autoestima, y afecta a su entusiasmo. El 42% reconoce un impacto en su salud mental.
Respecto a este último punto sabemos que existe una alta prevalencia de depresión entre los pacientes que padecen psoriasis, generalmente en correlación con la gravedad de las placas y el prurito.
El impacto negativo de la psoriasis en la salud física y psicológica es similar al observado en otras enfermedades crónicas como son el cáncer, la enfermedad cardiaca, la diabetes, la hipertensión o la artritis.
A su vez, los factores estresantes diarios pueden influir de manera significativa y negativa en el curso de la psoriasis, precipitando la aparición de brotes.
Por todo ello, los profesionales estamos obligados a detectar y atender el malestar psicológico que la enfermedad produce en el paciente, encaminando el tratamiento, no solo hacia una mejoría de la afectación física, sino hacia una mejoría global del paciente que le permita vencer las limitaciones y barreras que en muchos casos produce la enfermedad.
Los tratamiento disponibles hoy en día permiten un buen control de la enfermedad, minimizando y controlando de manera significativa la aparición de brotes, disminuyendo la repercusión de la enfermedad en la vida diaria y con ello mejorando la calidad de vida de manera global.
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