Desde hace un tiempo, podemos observar una explotación de los cuentos de hadas en la cultura popular, quedando más que demostrado que es una moda económicamente rentable. Por ello, en Pro Shoujo Spain consideramos que es una buena época para reivindicar un manga que, en 2004, ya ofreció una versión diferente de las fábulas de los hermanos Grimm y Charles Perrault.
Hablamos de Ludwig Kakumei, una historia relatada en 4 tomos por la gran Kaori Yuki (Angel Sanctuary, La saga de Caín). Quien no conozca a esta autora debe de saber que es una de las reinas oscuras del shojo. Su estilo se caracteriza por aunar elementos clásicos del género, con toques góticos de perversión y tenebrosidad. Una atractiva combinación que también llena las páginas de este trabajo que, como no podía ser de otra manera, comienza de forma muy clásica:

Erase una vez, en una Alemania medieval, vivía el príncipe Ludwig. Su existencia transcurría cómodamente y sin preocupaciones. Hasta que un buen día, a su monárquico padre se le mete en la cabeza que el linaje real debe perpetuarse y obliga a nuestro protagonista a viajar fuera del reino para buscar princesas casaderas, entre conspiraciones y aventuras.
Con esta sencilla premisa, Yuki, gran conocedora de la cultura occidental, se anima a jugar con los prototipos y construye una variante masculina del arquetipo femenino generalmente protagonista de los cuentos. Mezcla las características del canon (joven, atractivo y casadero) con las mas atípicas que pueda tener un príncipe azul (pasota, irreverente, narcisista y egoísta) consiguiendo una mezcla fulminante que desencadena numerosos gags de humor negro a lo largo de los cuatro tomos. Además, utiliza las expediciones matrimoniales de Ludwig como excusa argumental para realizar capítulos autoconclusivos basados en diferentes fabulas e ir introduciendo a sus princesas protagonistas, con quienes el pícaro príncipe tendrá sus más y sus menos.
Para cualquier lector/a que haya disfrutado de los cuentos resulta muy estimulante y divertido comprobar como Kaori Yuki ha introducido conocidos personajes en su universo personal. Incluso, puede que descubra relatos que han sido casi olvidados (¿Alguien recuerda “Maid Maleen”?), o comparar los sórdidos detalles que aparecen en los originales y se han olvidado por las nuevas y edulcoradas versiones, como pueden ser los zapatos candentes en el final “Blancanieves”. Precisamente, ya en el primer capítulo, ésta deja de ser la dulce princesa que todos conocemos, para descubrirse como una perversa seductora que hechiza a todos los amantes de su madre, provocando que la devore la locura.
Parece ser que a Kaori Yuki la inspiró una pregunta: “¿Es posible que las princesas de los cuentos albergaran corazones oscuros?”. Bajo esta premisa, nos pone en la tesitura de ver como los deseos más horribles mueven las acciones de las princesas: crueldad, envidia y poder. Invitándonos a descubrir la respuesta, la historia contiene impactantes elementos de canibalismo, gore e incesto. Aunque según avanzan los capítulos el tono se va suavizando, tomando forma la aventura y conservando una interpretación más tradicional de los cuentos. Sin ir más lejos, en “El príncipe Rana”, utiliza a Ludwig como elemento catalizador para sacar a la luz la moraleja del cuento.
No solo tendremos entretenimiento liviano, pues a partir del tercer tomo observaremos como el manga toma profundidad e introduce una subtrama troncal, en forma de amenaza para Ludwig, que va ganando peso según nos acercamos al clímax final.
Finalizamos este “PSS Quiere” asegurando que cualquiera que se haya sentido decepcionado por esas supuestas adaptaciones adultas de los cuentos de hadas, con este manga se puede resarcir. Si la editorial que apueste por él no duda en promocionarlo, aprovechando toda la coyuntura a su disposición, puede estar más cerca de ser como el éxito de “Angel Sanctuary”, que la decepción comercial de “La saga de Caín”.
Texto: Astrea
