Justo cuando se está hablando de los problemas que están generando los packs de EDT, como no podría ser de otro modo, con la polémica servida, nos colamos en medio para hacer una especial recomendación de una de las series que así ha salido. KareKano se puede conseguir en packs de 4 tomos, cada uno a 15€, es el momento ideal para recomendar uno de los shôjos más longevos que se han publicado en nuestro país.
KareKano no es más que una historia de chicos y chicas de instituto, con la peculiaridad de que se abarca incluso los pasados de las familias de ambos protagonistas. Yukino Miyazawa y Soichirô Arima son los mejores en todo lo que hacen y, aunque al principio su relación es de rivalidad, poco a poco entablan una amistad que va más allá, dejando de lado sus máscaras de perfección.
Tras 21 tomos, la historia no decae en ningún momento, ya que todos los personajes, en mayor o menor medida, son importantes para el desarrollo de la misma. Lo que empieza siendo una historia algo cómica, gracias a la personalidad de la protagonista, a medida que ésta madura, que va descubriendo que no era tan perfecta como creía, dejará la vanidad de lado para descubrir la importancia de la amistad y de ser fiel a uno mismo.
La forma de narrar y dibujar de Masami Tsuda también mejora mucho a lo largo de los tomos. No es solo que el estilo de dibujo cambie, sino que deja a un lado las viñetas pequeñas con mucho texto, para dar más importancia a los primeros planos de los personajes y que éstos hablen más con el rostro que no con palabras.
Sin duda KareKano es una obra que hace reflexionar en muchos temas, en como somos, a donde vamos y la importancia de tener gente a nuestro alrededor. No es una obra que se centre exclusivamente en temas románticos, sino que da mucha importancia a la amistad.
Desde PSS os animamos a que mováis cielo y tierra si es necesario para haceros con ella. Y si con esta entrada aún no os decidís, podéis revisar nuestra reseña para quedar totalmente convencidos de que es una serie que debe estar en vuestra mangateca particular.
Texto: Miya