Todos los regímenes políticos tratan de manipular la información, pero muy mal tiene que estar este Gobierno para utilizar nada sutilmente “El País” en defensa de su radical y extremista ley antitabaco.
El redactor Fernando J. Pérez, tenía que informar sobre quienes infringen esa ley, y se fue al conocido asador
vasco Guadalmina, en Marbella, Málaga, que tiene expuesto un cartel negándose a acatarla, y donde se fuman ostentosamente puros.
Ha titulado la información: “¡Arriba España y el tabaco!”, porque dice que un joven anónimo que salió fumando dio ese grito.
Una expresión sin valor informativo porque al no aparecer nombre ni dato alguno contrastable del joven, la exclamación puede ser creación del periodista para alegrar al Gobierno, porque así se enlazan fascismo y rebeldía a la ley antitabaco.
Los comentarios mayoritarios de los lectores de la noticia en internet se centraban en denunciar ese alarido de rigor falangista y franquista.
Mensaje: los fumadores en público son fascistas. Además, fuman puros, lo que demuestra que se rebelaron con Franco para fusilar demócratas. Sólo les faltan las gafas ahumadas y el bigotillo.
El hostelero marbellí anunciaba desde días antes que permitiría fumar en su negocio porque es suyo, privado. Quizás crea que la ley es anticonstitucional.
Su cartel circulaba por internet, pero en lugar de indagar sobre la posible base legal del dueño, el periódico titulaba ese “Arriba España” que seguramente era falso, aunque eficaz para lo que se buscaba.
Dos días antes el mismo diario titulaba llamativamente que los obispos llamaban a la Reconquista de España, pero tal término, tan menospreciado entre neoizquierdistas, no aparecía en la información.
Conclusión: los medios que denuncien como fascistas a los disidentes y a los seguidores de Don Pelayo que impidieron que España fuera islámica obtendrán jugosa publicidad institucional, tan necesaria.
Nota: El cronista no fuma desde hace más de una década, pero sabe a qué intereses sirven algunas informaciones.
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Hace pensar, hace sonreir el genial SALAS:
Y en lo que estamos: