Ha querido la semana que tenga algo de tiempo para echar un vistazo a mi querido Barón Rojo, del que extraigo dos suculentos spots.
El primero, que realmente es la base publicitaria de un juego que se llama Dante's Inferno o algo así, es una delicia y los actores lo bordan. No tengo yo Wii de ésas, no señor; tampoco consola; me quedé en cuando se jugaba al Tetris, en blanco y negro, en aquellos 286 (sí, creo que se llamaban así), con una pantallita pequeña y con mucho fondo.
El segundo es otro spot de Axe, marca habitual aquí (y también tiene un hueco en mi corazón). En este caso, Axe va mucho más lejos y nos habla de predestinación, vidas cruzadas, azar y destino, felicidad y pasión. No me dirán que la chica no tiene su aquél (y para aquél, por cierto, mis queridos niños, esta chica que tengo el gusto de presentarles, de la mano de El barón rojo: Nina Moric. Qué aquél, sí señor. Y si no me creen, vean esta fotico de la buena de Moric, croata y 33 añitos, que es una edad que no le va mal a mis próximos 43: enlace)
Y ha querido la casualidad que traiga hoy aquí el disco La leyenda del tiempo, de Camarón de la Isla, del año 1979. María lleva un tiempo con él, dándole vueltas y descubro que Viola Tricolor, del genial Los colores de los pensamientos, le dedicó un post hace unos días. En esa entrada descubro un documental que no había visto, Tiempo de leyenda, que dejo aquí para que lo disfruten el fin de semana, pues dura casi una hora. No se lo pierdan, hace, al comienzo, un recorrido genial por discos esenciales.
No soy yo muy de flamenco, pero La Leyenda del tiempo, Veneno (bueno, no es flamenco, pero a lo mejor sí) y Quien no corre, vuela, del malogrado Ray Heredia, forman para mí un triángulo esencial en el que llevo muchos años moviéndome. Les dejo el documental, les recomiendo los tres discos (para los que no hayan escuchado) y les prometo que me detendré en ellos con más tranquilidad
Y no mucho más, mis queridos niños y niñas. Si se fijan, ya llueve un poquito, y hace algo más de frío. En estos días, sobre todo a partir del domingo, lloverá más (nevará en algunos sitos) y aumentará el frío. Mala noticia esta semana para la blogosfera. Ha cerrado El síndrome Chéjov, una de las referencias esenciales de todo esto, y lo peor es que (al menos esta mañana) ya no se puede leer. Miguel Ángel Muñoz será, estoy seguro, un autor de referencia, y yo le agradezco el trabajo, soberbio e impecable, que ha hecho. Le mando un abrazo y le rindo este pequeño homenaje. Gracias a gente como él, se habla de la importancia de los blogs. Yo, por mi parte, les agradezco su paciencia para con éste, su generosidad y su tiempo. Les mando un abrazo y muchos besos. Gracias, Miguel Ángel.
Hace un año y un día: Los discos de mi vida: Her handwriting, de Trembling blue stars