¡Hola soñadoras! Después de un descanso en la sección de cocina, volvemos con algunos cambios. Ahora en los videos podréis ver especificados los ingredientes y el paso a paso, por lo que suprimimos de las fotos y a partir de la próxima receta tendréis un botón para imprimir la receta y así os lo pongo aún más fácil. ¿Que os parece?
Seguro que habéis oído hablar de las semillas de Chía, están de moda. Yo las había visto antes de marchar a Holanda en blogs y revistas, pero mi curiosidad se dispara en mi estancia en Leiden porque allí era aún más común prepararlo para desayunar y procuré fijarme bien como lo hacían, porque después de buscar los beneficios de esta semilla decidí que a mi vuelta iba a introducirlas en mi dieta.
Las semillas de chía están repletas de vitaminas, minerales y ácidos grasos que ayudan a nuestro cuerpo a combatir las grasas, no tienen gluten y nos proporcionan múltiples beneficios, los nombramos:
- Ayudan a bajar de peso.
- Tienen propiedades depurativas y antioxidantes.
- Son una fuente saludable de Omega 3.
- Ayudan a controlar los antojos.
- Protegen de los efectos nocivos del medio ambiente.
- Generan un aporte extra de energía.
- Aumentan la masa muscular.
- Ayudan a mantenerte bien hidratada.
- Controlan los antojos
- Tienen 5 veces más la cantidad de calcio que la leche, 3 veces más la cantidad de antioxidantes que los arándanos, 3 veces más la cantidad de hierro que las espinacas, 2 veces más la cantidad de fibra que la avena, 2 veces más la cantidad de proteínas que cualquier verdura, y 2 veces más la cantidad de potasio que el plátano.
¿Ya queréis probarlas? ¡Seguro que sí! Pues que mejor que empezarlas a introducir con este desayuno que os enseño a preparar en el post de hoy.
INGREDIENTES | 2 cucharadas de Chía, 1 taza de leche de almendra, 1 cucharada de miel, fruta al gusto.
Nota: Podéis usar también leche de vaca o la que más os guste, y la miel la podéis substituir por vuestro endulzante preferido.
ELABORACIÓN | Se prepara la noche antes y se deja reposar durante toda la noche tapado en la nevera. En un recipiente se pone la leche, la chía, y la miel, se remueve por unos minutos hasta deshacer la miel. Tapamos con papel film o bien lo metemos en un recipiente hermético y lo guardamos en la nevera hasta la mañana siguiente. En el momento de servir volvemos a remover y lo acompañamos con nuestras frutas o cereales preferidos.
La consistencia de pudín ocurre porque las semillas absorben 4 veces su tamaño en líquido y además en contacto con este generan una especie de gelatina que los envuelve, y es lo que le dan ese sabor suave del que os hablaba antes.
¡Espero que os haya gustado! ¡Cualquier duda en los comentarios!