Cubierto durante las últimas décadas de una espesa capa de telarañas decayendo en una lenta decadencia, Steins, en Nuevo México, es la definición misma de pueblo fantasma, una ciudad abandonada en medio del abrasador calor del desierto estadounidense.
Este pueblo era originalmente un deposito de carbón para la Southern Pacific Railroad, una compañía de ferrocarriles que tenía en Stiens su depósito de carbón, dónde alimentaba las locomotoras. El pueblo fue abandonado cuando a mediados de los años 40 las locomotoras pasaron a estar alimentados por gasoil.
En los salones, almacenes generales e incluso en el burdel, los habitantes del pueblo dejaron sus pertenencias como estaban, acumulando polvo y desapareciendo muchas de ellas durante los últimos 70 años.
Este pueblo era famoso por ser una ciudad del ferrocarril abandonada, Steins atraía a turistas de la Interestatal 10 hasta que fue comprada por Larry Link, un admirador del sitio.
Link estaba obsesionado con las antiguas tiendas, letrinas y diligencias de Steins. Cuando compró el pueblo en 1988 despejó las calles de maleza y matorrales, permitiendo poder acceder a los edificios de la ciudad fantasma.
Link murió asesinado en caso aun sin resolver y el pueblo fue heredado por su nieta, Melissa Lamoree, que lo volvió a abrir a los visitantes en Mayo.
En su momento de mayor esplendor, Steins contaba con 1300 habitantes. Cuando terminó la actividad en el pueblo como depósito de carbón para el ferrocarril, los habitantes se marcharon prácticamente con lo puesto ya que la compañía les ofrecía el viaje de vuelta pero con lo que pudieran llevar con las manos, un par de maletas y poco más.
Prueba de la prisa que se dieron al partir son las camas sin hacer, el piano olvidado en el bar e incluso cacerolas en los fogones.
Steins está situado a unos 80 Km al norte de México, en el condado de Hidalgo, en Nuevo México.
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