Y aquí estamos mi niño y yo, yendo a jugar cada tarde que el trabajo me lo permite a los parques del pueblo o a otras zonas, como son los aquí llamados paseos. No sé cómo los llamarán en otras zonas, vienen a ser como unas zonas peatonales dentro de las plazas de los pueblos donde hay espacio de sobra para jugar y bancos para sentarse. Me imagino que se llaman plazas, propiamente dichas.La vida en el pueblo es tranquila. Apenas pasan coches, por lo que no hay un peligro excesivo; la contaminación es menor, no hay atascos para ir a trabajar y se aparca fácilmente; todo el mundo se conoce, por lo que es fácil relacionarse; las distancias son cortas, por lo que vamos andando a cualquier lado… Y yo, al igual que mi niño, pasé toda mi infancia en mi pueblo también, pero, llegado el momento, me fui a estudiar a una ciudad y allí pasé diez años entre estudios y trabajos. ¿Por qué volví al pueblo? Por temas laborales, para mejorar mi calidad de vida, al igual que la de mi pareja. Ella tenía su trabajo aquí y yo estaba deseando cambiar el mío. Se me presentó la oportunidad y allí que fui, dejando diez años de vida en la ciudad atrás… Vida que, a día de hoy, sigo echando de menos. A mí me gustaba vivir en la ciudad. A todas horas, había algo para hacer, necesitaba el coche o el transporte público para todo, pero en diez minutos, llegaba a cualquier centro comercial, cine o lo que necesitara… Tantas vueltas le he dado al tema, que he sopesado cada ventaja e inconveniente de vivir en el pueblo o la ciudad para que mi niño tenga las oportunidades que sus padres nunca tuvieron o la calidad de vida que nosotros queremos para él.
Ventajas de vivir en un puebloLa ventaja más notable a simple vista es la tranquilidad. Dos tercios de mi vida, los he pasado en el pueblo, por lo que sé de qué hablo. Puedes jugar tranquilamente en la calle o ir a casa de amigos sin depender tanto de tus padres… Esto, y el contacto continuo con la naturaleza. Puedes utilizar la bicicleta a tus anchas sin tener tan en cuenta el tráfico y, a un tiro de piedra, encontrarás senderos para este deporte. En caso de querer jugar al fútbol o cualquier otra cosa, cada plazoleta o calle peatonal puede convertirse en un terreno de juego improvisado.El aire que respiras en el pueblo no tiene nada que ver con el de la ciudad. Basta con mirar al cielo cuando hace ya un tiempo que no ha llovido. El cielo del pueblo parece estar siempre limpio y nítido. El de la ciudad, por el contrario, se torna algo turbio, parece que el día no es tan soleado como en el pueblo.El pueblo le dará a tu hijo una independencia que no encontrará en la ciudad. Será más autosuficiente. Al ser un sitio en el que no hay que recorrer largos trayectos, puede ir al colegio solo y por el camino encontrará muchos niños que, al igual que él, se dirigen allí solos o en compañía de otros amigos. Es fácil hacer amigos y nuevas amistades. Aquí, nos conocemos todos. Cosa distinta es cómo nos caigamos XD. En las ciudades, tu círculo de amigos puede reducirse a tu entorno académico o laboral.En fin, el pueblo te da una vida tranquila y saludable. Son sus puntos a destacar.
Ventajas de vivir en una ciudadLa principal ventaja, tener la comodidad de disponer de todo. Esto en el pueblo, es impensable. Algo tan sencillo como comprar algo de ropa o calzado, puede convertirse en un problema. En la ciudad, tienes tiendas para aburrirte, cines para pasar la tarde y muchas otras actividades.Tanto en el terreno formativo como en el laboral, no hay nada como vivir en una ciudad. Las oportunidades de trabajo son mucho mayores. En el terreno formativo, además de disponer de una mayor oferta, ésta será especializada. Si a tu hijo le gusta el deporte, podrás apuntarlo a algún club deportivo con mayores aspiraciones que las que encontrará en el polideportivo del pueblo, donde yo pasaba muchas tardes jugando a baloncesto con el único objetivo de echar el rato. En otros planos, como el musical, si tu hijo lo toma en serio, podrá acceder al conservatorio de música, donde se especializará en algún instrumento y, quién sabe, tal vez pueda vivir de su gran pasión. Estando en el pueblo, estará en la banda de música, donde tendrá un hobby donde pasar el rato, pero sin especialización. Te cuento esto por ponerte ejemplos de lo que fue mi infancia y de lo que podría haber ocurrido en caso de tener otras oportunidades. A veces, la distancia entre tu pueblo y la ciudad, puede hacer que pierdas gran parte del día en el trayecto de ida y vuelta sólo por ir a dar esas clases que necesitas, ese entrenamiento, esa compra que tienes que hacer de productos que no encuentras en tu entorno o algo más importante, como puede ser la cercanía a un hospital. Con los recortes que ha habido en sanidad, el tiempo de demora en llegar desde el pueblo al hospital más cercano se ha multiplicado. Donde yo vivo, antes había una ambulancia para dos pueblos, y ahora hay una ambulancia para diez en un radio de cincuenta kilómetros y después otros setenta para llegar al hospital más cercano. Aquí, ya estamos hablando de una cuestión de vida o muerte, y nunca mejor dicho.
Algún día, cuando mi niño tuviera una mayor edad, me gustaría volver a la ciudad y tener todo esto a mano. Podemos volver al pueblo los fines de semana, pero el día a día, al menos para mí, es mucho más sencillo en la ciudad.
¿Vives en un pueblo o una ciudad? ¿Qué añadirías según tu perspectiva?