¿Puede curar el Amor?

¿La presencia de amor nos puede curar?

Os cuento el caso del padre de María. Un señor que a los 53 años fue diagnosticado con Alzheimer. Un día salió de casa y no regresó. La enfermedad ya estaba alastrada por su cerebro cuando se lo diagnosticaron. María era todavía una chiquilla, cuando su padre se olvidó de quien era y de quién era ella. Hoy en día, María, su hermana y su madre, atienden al señor Juan en casa. No puede reconocer a ninguna de las tres. No puede hablar. No puede andar. No puede comer sin ayuda. No puede ducharse solo,… en fin, que no puede hacer nada por él mismo. Pero allí están ellas. Cuidándolo. María sabe que los médicos le dijeron que él no puede reconocer la música, que no “piensa”, pero eso no impide de que todos los días, ella le ponga la radio… No hace mucho se puso peor. Lo llevaron a urgencias. Al mantener lejos de su familia, su cuadro de salud se empeoró. En el tercer día, María junto a su padre, la enfermera le pregunta: ¿Cómo haces para darle la pastilla?, es que no traga. Ante una pregunta tan “absurda e inhumana” María le dice: ¿¿como?? ¡¡Pues me las arreglo!!… la disuelvo en agua, se lo doy con una jeringuilla… No hizo falta más. María solicitó el alta enseguida de su padre, después de unos cuantos días logró llevárselo de allí. Otra vez en casa, el señor Juan recuperó su estado de antes, y ya no hizo falta irse al médico. Otra vez con su radio, con sus cuidados, con sus compañeras… con el cariño, con su hogar. Lleva así 25 años. Es algo “milagroso” en la historia de personas diagnosticadas con Alzheimer sobrevivir tanto tiempo. Cuando le pregunté a María qué era lo que hacía, me contesta: Muchísimo amor y muchos, muchos mimos. Esto va por María, por su hermana y por su madre. Tres guerreras que no se entregan ante la lucha, que son verdaderas heroínas. La historia de esa familia debería servir de lección para muchos cuidadores en esta área. He asistido a algunos cursos sobre el alzheimer, pero os garantizo, que aprendí más con María en una hora y media de charla que en todas las horas de curso estudiadas.
Gracias a Dani Frank

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