Revista Salud y Bienestar

¿Puede el cirujano con quien trabaja ser su amigo?

Por Lemalpartida
¿Puede el cirujano con quien trabaja ser su amigo?
¿Puede el cirujano con quien trabaja ser su amigo?
Autor: Dr. Francisco Javier Martínez-Pelayo
Presidente de la Federación Mexicana de Anestesiología
La anestesiología es una de las especialidades con uno de los mayores índices de riesgos profesionales, tanto para la ejecución de nuestros procedimientos, como por las situaciones de estrés que nos genera a nosotros mismos el hecho de mantener vivos a nuestros pacientes. No suficiente con esto, con mucha frecuencia debemos soportar la presión que genera el comportamiento de algunos de los cirujanos con los que compartimos largas horas en las salas de operaciones, en las áreas de procedimientos y en algunos casos, hasta en lugares de esparcimiento fuera de las clínicas y hospitales.
Después de varios años como anestesiólogo he aprendido a identificar a aquellos cirujanos que son mis amigos y que creo lo serán por siempre. También he desarrollado la extraña capacidad de identificar a un pequeño grupo de colegas quirúrgicos con los que podré continuar trabajando en los quirófanos, pero que jamás llegaran a ser mis amigos, es más, podrían ser mis más acérrimos enemigos.
Deseo comentar un caso que me sucedió hace unos cuatro o cinco años cuando trabajando con un buen cirujano y mi “socio” por más de 10 años en una Unidad de Cirugía de Corta Estancia muy bien equipada, tuvimos una enferma muy recomendada para ambos, donde además la paciente me solicitó insistentemente que fuera su anestesiólogo ya que sería intervenida quirúrgicamente. Se llegó el día, el procedimiento se extendió por muchas horas por lo que ya cansada por la posición de decúbito ventral la tuve que sedar, haciendo hipoxia, procedí a suspender el procedimiento, volteando a la paciente inicié maniobras de reanimación cardiopulmonar con éxito. El problema inició cuando decidí trasladarla a Terapia Intensiva de un Hospital, lo cual era una agresión contra el ego de mi “socio”, ya que se enteraría mucha gente. Después de una recuperación muy buena aunque con una pequeña secuela visual y dados los gastos que le generó el internamiento hospitalario, “mi socio” pretendió que yo cubriera dichos gastos acusándome de ser el responsable, siendo que la paciente está viva y saludable gracias a mi presencia y manejo efectivo de lo que pudo ser una tragedia. Se nos amenazó de demanda lo que nunca se llevó a cabo, y el único que estaba protegido contra demandas era yo. La relación de trabajo con “mi socio” terminó un tiempo después, complicando hasta nuestras relaciones personales al negarme a cubrir nada y obviamente el malo de la película fui yo.
¿Puede el cirujano con quien trabaja ser su amigo?
Durante estos dos años como presidente de nuestra Federación Mexicana de Anestesiología he oído en múltiples ocasiones historias muy semejantes a la mía. Algunas de estas historias han llegado a la demanda y no han favorecido a los anestesiólogos, algunos de ellos siguen con la incertidumbre del veredicto final.
Con esto en mente, he investigado entre los anestesiólogos que hubieran tenido una experiencia similar, para ver si podíamos encontrar algunos factores o puntos de interés para identificar a los cirujanos como el de mi historia. Colegas que no admiten sus errores y que quieren que sea el anestesiólogo el que lleve a cuestas su equivocación. Encontrar estas ¨banderas rojas¨ no fue nada fácil ya que son muchos los colegas quirúrgicos honestos, e íntegros en su ejercicio profesional y que valoran bien nuestro papel como anestesiólogos.
Esta búsqueda me llevó a preguntar a 24 colegas en diferentes estados de la república y a 10 colegas en 6 países Latinoamericanos. Pudimos identificar algunos puntos de interés que fueron comunes como factores de desavenencias con los colegas cirujanos.
Los colegas quirúrgicos con riesgo de convertirse en problemas legales para el anestesiólogo pudieran tener algunas de estas características:
No aceptan cambiar el horario de la cirugía para que sea Usted el que administre la anestesia a quien ellos van a operar.
No aceptan que uno de sus asociados inicie la anestesia mientras Usted llega.
Se molestan si Usted no participa en sus actividades extrahospitalarias.
Algunos cirujanos de éxito no están dispuestos a admitir sus errores y siempre buscarán culpabilidad en el anestesiólogo, aún para complicaciones menores. No desean exponer su imagen cuando cometen una falta.
No aceptan que usted sea el anestesiólogo si el paciente lo solicita a Usted, o si el paciente es de algún seguro médico y Usted no tiene relación alguna con él.
Se molestan si Usted cancela o pospone una de sus cirugías.
Se molestan si su relación con ellos se basa en ¨amistad¨ y no es su preparación profesional.
Si bien, estos datos fueron colectados de pláticas informales, es un hecho que son ¨banderas rojas” que señalan la necesidad de ser perspicaces cuando trabajemos con cirujanos que tengan algunas de estas características. No necesitamos dejar de trabajar con un cirujano y mucho menos perder un amigo. Muchos cirujanos tienen alguna o todas estas características y van a ser nuestros amigos toda la vida. Pero si Usted tiene pocos años ejerciendo la anestesiología y no conoce bien a sus colegas quirúrgicos, sea aún más cuidadoso en la atención de sus pacientes, no solo en el trans anestésico, sino en todo el periodo perioperatorio y después de la cirugía continúe visitando a sus pacientes en varias ocasiones.
La identidad del anestesiólogo es vital en un proceso médico-legal. El solo hecho de que nos conozca el paciente y que se establezca una buena relación anestesiólogo-paciente ha evitado muchas demandas y en otros casos ha sido suficiente para minimizar los conflictos.
La relación del anestesiólogo con el cirujano se debe fortalecer en base a profesionalismo. Ni somos sus anestesiólogos, ni son nuestros cirujanos. Podemos y debemos de ser amigos, de esos que duran toda una vida. Identifíquelos y luego vigorice esa amistad a través del buen cuidado de todos y cada uno de sus pacientes. De esta manera, cuando llegue a tener un accidente, no solo tendrá a un cirujano a su lado, también contará con un amigo que lo apoye.
Revista "Anestesia en México"

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