Cuando un paradigma pasa a ser aceptado por la mayoría de la comunidad científica, se convierte en el enfoque obligatorio de los problemas científicos. Llegado este momento, también se le suele confundir con una descripción exacta de la realidad, en lugar de aceptarlo como mapa útil, aproximación adecuada y modelo para la organización de la información conocida. Esta confusión del mapa con el territorio es típica de la historia de la ciencia. El conocimiento limitado de la naturaleza que prevaleció a lo largo de períodos históricos sucesivos, fue interpretado por los científicos de la época como una imagen comprensible y amplia de la realidad, incompleta sólo en los detalles. Esta observación es tan extraordinaria que permitiría presentar el desarrollo de la ciencia fácilmente como una historia de errores e idiosincrasias, más que como una acumulación sistemática de información y una aproximación gradual a la verdad absoluta.
Las observaciones científicas por sí mismas no dictan claramente soluciones únicas y precisas, ningún paradigma explica jamás todos los hechos conocidos y muchos paradigmas diferentes pueden, en teoría, justificar un mismo conjunto de datos. Son muchos los factores que determinan la elección de un aspecto de un fenómeno complejo, así como los experimentos que se llevaran a cabo, o que se realizaran en primer lugar, entre los muchos concebibles: accidentes de investigación, educación básica y formación especfica, experiencia previa en otros campos, personalidad del investigador, factores económicos y políticos, y otras variantes. Las observaciones y los experimentos deben reducir y limitar drásticamente la gama de soluciones científicamente aceptables, sin cuyo requisito la ciencia se convertiría en ciencia ficción. Sin embargo, por y en sí mismas son incapaces de justificar una interpretación particular o un sistema de creencias. Por consiguiente, en principio la práctica de la ciencia es imposible sin un conjunto de creencias previas, ciertos supuestos metafísicos fundamentales y un criterio preconcebido de la realidad de la naturaleza y del conocimiento humano. Sin embargo, es preciso distinguir claramente la naturaleza relativa de todo paradigma, por muy avanzado y convincente que sea, y el científico no debe confundirlo con la verdadera realidad.
*Paradigma: Constelación de creencias, valores y técnicas compartidos por los miembros de una comunidad científica determinada.
- Extraído de “Psicología Transpersonal: nacimiento, muerte y trascendencia en psicoterapia”. Stanislav Grof (Barcelona, Kairós. 1998)